dimecres, 7 de desembre del 2011

FÁBRICA DE CUENTOS EN 2º ESO


Imagina, escribe y publica aquí tu relato. Con él participarás en un fantástico concurso. Fantástico porque habrás de visitar el gran universo de tu fantasía y porque fantásticos serán los diplomas que otorguen a los ganadores un merecido lugar en las paredes de nuestra clase.

Bases:
1. Inventa una buena historia empleando los cinco tipos de textos: Narración, descripción, exposición, diálogo y argumentación. Para su creación también puedes ayudarte de las figuras literarias tales como metáforas, símiles, personificaciones, hipérboles, etc.
2. Extensión mínima de 1 folio por las dos caras y un máximo de 6.
3. Envía tu cuento al email: jduro@educacio.caib.es y posteriormente será publicado en este blog.
4. Debéis leer los cuentos aquí publicados y hacer comentarios sobre los que más os hayan gustado.

CUENTOS ENVIADOS POR ALUMNOS:


EL OCUPADO PAPÁ (Por Cecille Maloles, de 2ºF)

El papá de Carlitos era un hombre importantísimo y muy ocupado que trabajaba tantas horas, que a menudo debía trabajar los fines de semana. Un domingo Carlitos se despertó antes de tiempo, y al escuchar que su papá abría la puerta de la calle para salir hacia la oficina, corrió a preguntarle:
- ¿Por qué tienes que ir hoy a trabajar, papi? Podríamos jugar juntos...
- No puedo. Tengo unos asuntos muy importantes que resolver.
- ¿Y por qué son tan importantes, papi?
- Pues porque si salen bien, serán un gran negocio para la empresa.
- ¿Y por qué serán un gran negocio?
- Pues porque la empresa ganará mucho dinero, y a mí es posible que me asciendan.
- ¿Y por qué quieres que te asciendan?
- Pues para tener un trabajo mejor y ganar más dinero.
- ¡Qué bien! Y cuando tengas un trabajo mejor, ¿podrás jugar más conmigo?
El papá de Carlitos quedó pensativo, así que el niño siguió con sus preguntas.
- ¿Y por qué necesitas ganar más dinero?
Pues para poder tener una casa mejor y más grande, y para que tú puedas tener más cosas.
- ¿Y para qué queremos tener una casa más grande? ¿Para guardar todas esas cosas nuevas?
- No hijo, porque con una casa más grande estaremos más a gusto y podremos hacer más cosas.
Carlitos dudo un momento y sonrió.
- ¿Podremos hacer más cosas juntos? ¡Estupendo! Entonces vete rápido. Yo esperaré los años que haga falta hasta que tengamos una casa más grande.
Al oír eso, el papá de Carlitos cerró la puerta sin salir. Carlitos crecía muy rápido, y su papá sabía que no le esperaría tanto. Así que se quitó la chaqueta, dejó el ordenador y la agenda, y mientras se sentaba a jugar con un Carlitos tan sorprendido como encantado, dijo:
Creo que el ascenso y la casa nueva podrán esperar algunos años.

FIN


Ilana y el Doctor Muerte (Por Joan Cardona, de 2º E)

Había llegado el momento. Hubo un tiempo en que pensó que no llegaría nunca y sin embargo, debía de haberlo previsto. En definitiva sólo era el final de otra vida humana, la suya.
Le disgustó ver la sombra de la guadaña desde una solitaria cama de hospital, sin compañía ni ilusión por nada. Y es que las circunstancias habían hecho que tuviera que dejar todo su mundo y emigrar a la Argentina. Recordaba los años pasados en su Alemania natal con cierta nostalgia. Hitler podía estar loco, pero con él el país había recuperado la dignidad perdida, y eso a él le merecía el máximo respeto.
Se acordó de su trabajo, que dio sentido a toda una vida entregada a la causa. Doctor Muerte le llamaron los periódicos cuando todo acabó. Qué sabían ellos? Él creía firmemente en lo que hacía. Su trabajo con seres humanos se podía considerar un arte, y él era el Miguel Ángel de la ciencia actual.
Eran tantos los sujetos que habían pasado por sus manos que era imposible acordarse de todos. De repente y sin saber por qué, se acordó de ella. De esa niña que no dejaba de temblar de terror en la camilla. Era su mirada lo que había hecho que no la olvidara. La incomprensión en sus ojos, la rapidez con que se movían buscando una salvación que no llegaría. Cómo se llamaba? Itana…o Imana…ya no se acordaba.
Entonces todo comenzó. Empezó a toser cada vez más fuerte. Los pulmones le ardían y el corazón le bombeaba de forma ensordecedora. Él no era débil. Sabía que después de esta vida no había nada, y a la nada se dirigía. Al poco dejó de dolerle el cuerpo y sus pulmones y garganta dejaron de protestar. Volvía a sentirse bien. De hecho, se encontraba mejor que bien. No notaba su cuerpo, y le invadía una serenidad y un bienestar enormes.
Sin esperarlo, el mundo entero se detuvo a su alrededor. El personal médico que había acudido cuando saltaron las alarmas estaba petrificado alrededor suyo. A continuación, alguien pulsó el botón de rebobinado. A una velocidad vertiginosa vio pasar ante sus ojos escenas de su vida que la recorrían entera desde el presente hasta su infancia. Repasaba cada escena reviviéndola de una forma muy intensa y siendo consciente de detalles que en su día habían pasado desapercibidos. Sólo había un pequeño detalle; y es que, él ya no actuaba en el papel principal como recordaba. Sentía y sufría las consecuencias de sus propios actos, siendo él ahora todas y cada una de las personas a las que había hecho tanto mal a lo largo de su vida.
Al final la película acabó, y él lloró de alegría por salir de la negrura. La sensación de paz y bienestar volvían paulatinamente mientras se pregunta cómo había sido capaz de causar tanto dolor.
En ese momento, la luz a su alrededor fue ganado paulatinamente intensidad, llegando pasado un rato, a ser tan potente que era incapaz de ver nada. Desde algún lugar que no lograba situar oyó una voz que le llamaba por su nombre. Frente él, una silueta esbelta fue tomando forma hasta adoptar una completa forma humana. El ser barbudo que tenía ante él, parecía estar hecho de la mismísima luz, y su cara era la de alguien que había vivido infinidad de años. Los ojos gritaban amor allá donde se posaban y él sintió cómo le llenaban su pecho con ese amor. Como prenda, únicamente llevaba una túnica de blanco inmaculado algo ajustada, y por adorno, un cinturón dorado que colgaba de forma grácil por un lado.
- Bienvenido a casa, hermano. – Sus labios no se habían movido, pero oía su voz dulce y amorosa dentro de su cabeza llenándole de paz y alegría a partes iguales.
- Ho…Hola.- No sabía muy bien que decir, si es que debía decir algo. – Donde estoy?
- Has vuelto a tu lugar de origen, a casa.
- A casa? Recuerdo que estaba enfermo, en el hospital. Y que empecé a toser…debí morir entonces. – Los recuerdos le llegaban ahora por oleadas. – Me siento extraño. Sé que no he sido un buen hombre…y que he cometido muchos errores…quiero decir…que he hecho cosas horribles en mi vida. Tengo el presentimiento de no haber hecho las cosas como yo mismo me había propuesto…antes de nacer!
- Así es. – En su voz no había reproche, sólo comprensión y amor. – La vida de la conciencia es infinita, y está en constante evolución. Para avanzar y aprender los caminos del amor se creó el universo, y planetas como la Tierra. Las conciencias eligen encarnar una y otra vez en un cuerpo humano para experimentar y aprender las cosas que aquí no pueden darse. En cada reencarnación, cada uno elige los retos a los que quiere enfrentarse en su vida para evolucionar y aprender.
- No lo entiendo. – Aunque ya dentro él las ideas y los recuerdos de vidas pasadas empezaban a asomar.
- Es muy sencillo. Tú elegiste reencarnarte en la vida que acabas de terminar, con tus miedos y tus prejuicios por superar. Sin embargo, no has conseguido evolucionar hacia donde te propusiste y no has aprendido lo esencial, que sólo en el amor es posible la felicidad. Todos los seres del universo somos hermanos y lo que hacemos a los demás, en realidad nos lo hacemos a nosotros mismos. Lo que no es amor, es egoísmo.
- Espera. No puede ser. Yo...estoy confuso. Que quieres decir con hacerlo a nosotros mismos? No lo entiendo.
- No importa. No es necesario entender esto para aprender a amar a los demás. En tu próxima reencarnación lo entenderás.
- Próxima? Yo no quiero volver. El mundo es frío; y sin sentido.
- Es la única forma. No te preocupes, aquí no existe el tiempo, ese concepto es un concepto terrestre, y sólo allí se aplica. Volverás aquí en un suspiro, y con todo aprendido para poder seguir evolucionando.
Antes de que él pudiera replicar, la figura le miró intensamente a los ojos, y él empezó a notar un cansancio creciente. Sintió cómo se dormía y caía en un profundo sueño.
La figura lo miró compasiva, recordando los momentos de su propia evolución en que él también tenía que encarnarse. Con cariño lo tomó con sus manos y lo llevó hasta su nuevo destino, al útero que ya albergaba su nuevo y diminuto cuerpo físico. Una vez depositado y ajustados el cuerpo sutil y el físico, se quedó a contemplar a los futuros padres.
- Les felicito señor y señora Klein, van a tener una preciosa hija. – El médico miró a la pareja con una mueca que denotaba que sus palabras no coincidían con su parecer. Y es que, desde que el año pasado se hiciera simpatizante del nuevo partido en el poder de su país, el Partido Nazi, sus ideas sobre los judíos habían cambiado poco a poco. – Tienen ya un nombre para ella.
- Sí, doctor. – El futuro padre estaba emocionado y lleno de esperanza ante la vida que se estaba gestando en el interior de su mujer. – Se llamará Ilana!

FIN


EL FANTASMA DEL MONTE KETAMUYALTO (Por Lluc Rifà, de 2ºF)

Érase una vez un rey que vivía en un reino muy lejano. Dicho rey era querido por todo la gente del reino, ya que era muy justo y amable con todo el mundo.

Un día, el rey enfermó gravemente y llamaron a todos los médicos del país para ver si alguno sabía que le pasaba. Ninguno de los médicos lo sabía, excepto un viejo brujo. Era un extraño personaje: una gran barba blanca le colgaba encima de una larga túnica gris. Su rostro no se podía ver, ya que se lo cubría una capucha.

-Lo que le pasa al rey- dijo el brujo- es una enfermedad muy rara.

-Pero cómo puedo curarme?- preguntó su excelencia.

-Sólo te curaras cuando comas la flor de la luna, una flor que sólo crece en la cima del monte Ketamuyalto.

-Entonces será fácil curarme!- exclamó el rey.

-No tan fácil como crees.- susurró el brujo en un tono muy misterioso.-La montaña está llena de trampas, que crea el fantasma defensor del monte Ketamuyalto.

-Entonces enviaré a mi mejor hombre a buscar la flor.- dijo el rey convencido.

Al día siguiente su mejor hombre partió hacia la montaña. Al llegar empezó a trepar por sus colinas, caminando entre sus frondosos bosques, pasando a través de grandes ríos de cristalinas aguas... De momento el fantasma no parecía aparecer. Hasta que en una curva del camino, el soldado vio una gran cueva en la que dentro había un gran montón de oro. El soldado, sin pensárselo, entró disparado en la cueva a coger el oro, pero sólo entrar, el oro desapareció y la entrada de la cueva se cerró. Entonces se oyó una risa horrible, la de una alma en pena, la del fantasma. El soldado murió allí de hambre con gran sufrimiento, a causa de su codicia.

Al cabo de unos días, en el castillo, al ver que el soldado no volvía enviaron a un segundo soldado a buscar a la flor y a su compañero. El soldado partió y recorrió el camino que hizo su compañero, hasta que llegó a la cima. Allí vio dos flores, las dos con los pétalos en forma de luna, pero había una de diamante y otra normal. El hombre, dejándose llevar por su codicia cogió la de diamante, y sólo con tocarla murió quemado vivo. Entonces se volvió a oír la perversa risa del fantasma.

Al siguiente día el rey envió a un tercer soldado. Este también se fue al monte Ketamuyalto y subió por el camino. Al cabo de un rato empezó a ver todo tipos de objetos de valor por el camino, pero este al ser más inteligente que sus amigos los dejó atrás pensando que eran trampas. De esta manera llegó a la cima, donde en un pequeño claro había dos flores con los pétalos en forma de luna, una de diamante y otra normal. El soldado no dudó y cogió la normal ya que no era nada codicioso. Entonces el fantasma apareció.

-Tú has demostrado ser el único con el corazón puro para llevarte la flor de la montaña- susurró el fantasma en una voz chirriante.- Así que puedes marcharte.

El soldado marchó con la flor, y en llegar a palacio se la dio al rey, que se la comió y se puso bien. El rey, le estuvo tan agradecido que decidió retirarse y nombró rey al soldado. Este, al ser tan bondadoso, fue un rey aún más justo y simpático que el anterior.

FIN


"EL PIRATA TARTAMUDO CUMPLE SU SUEÑO" (Por Nathan de Souza García de 2ºE)

Érase una vez un pirata tartamudo que se llamaba BARBA ROSA y era el capitán del barco entonces decidieron llamarle el ... capitán. Ellos eran los cuartos de la tripulación más temible del mundo, estaban en el mar buscando un lugar para comer y descansar, hasta que más tarde uno de la tripulación dijo.

-¡Mirad!

Y toda la tripulación fueron para mirar y lo que había era un pequeño pueblo. Decidieron ir al pueblo y cuando llegaron el capitán dijo.

-Por, por fin ti ti tierra firme.

Los de la tripulación fueron a comer, buscaron donde dormir y lo encontraron.

El día siguiente se levantaron y pagaron la habitación y volvieron al barco, levantaron las anclas levantaron las velas....

Fueron al norte para ir a una isla que está lleno de cofres del tesoro decían que hay oro, joyas, diamantes, anillos.... pero antes de llegar a la isla tenían que atravesar por cosas horribles, lugares terribles, pero a ellos no les importaba así que continuaron el camino hasta que después de media hora se encontraron una tripulación que querían pelear con ellos y entonces una de la tripulación decidió hablar

-Rendiros o moriréis todos.

Y el capitán del barco respondió.

-!Nu nu nunca¡

Y empezaron los disparos de los cañones hasta que el barco desconocido se hundió y el del capitán siguió el camino con el barco sin ningún rasguño y los piratas estaban muy contentos por pasar la primera prueba de la isla pero faltaban dos pruebas.

Después de tres llegaron a la segunda prueba: tenían que evitar a... las sirenas (decían que cuando cantaban hipnotizaba a los chicos que lo oían cantar) los chicos de la tripulación estaban alerta de que ellas podían llegar en cualquier momento hasta que de repente, escucharon unas voces que decían “ venid con nosotras tendréis todo lo que queráis” todos evitaron escucharlas hasta que empezaron a cantar, todos los del barco buscando alguna cosa, lo que sea para evitar escucharlas pero era demasiado tarde para algunos así que el capitán decidió coger el timón del barco y empezó a esquivar las rocas y evitando algunos de su tripulación, pero las sirenas también saltaban e intentaban caer dentro del barco pero el capitán lo evitaba hasta que salieron de la cueva de las sirenas pero algunos aún estaban hipnotizados, el capitán cogió un pez y se los metió en los pantalones de todos los que estaban hipnotizados y después de 30 segundos todos se despertaron y se quitaron el pez que tenían dentro de los pantalones.

Todo estaban cansados entonces todos comieron y se fueron a dormir pero antes tiraron el ancla para que el barco no se moviese. Al día siguiente se despertaron y comieron, después quitaron el ancla para continuar la búsqueda de la isla pero tenían que estar alerta porque no sabían como sería la última prueba para llegar a la isla. Después de tres horas les calló una bola de fuego al lado del barco y todos se cayeron al suelo y no sabían qué había pasado y entonces vieron un pájaro ardiendo pero el capitán sabía qué era, y no era un ave ardiendo, era un fénix. El capitán sabía que era muy peligroso y también cómo vencer le llama a uno de su tripulación y le susurra al oído después el compañero se lo dice a los demás tal como lo a dicho.

-Los que tengan mejor puntería estad preparados, otros coged todos los cubos vacíos y llenarlos de agua del mar y el resto tendréis que coger el cubo de agua y tirárselo.

Y todos le dicen a la vez.

-Entendido mi capitán.

Todos hacen lo que dijo el capitán después de 20 minutos consiguen apagar el fuego y después empezaron a disparar como locos al ver si conseguían darle y lo consiguieron. El pájaro cayó directo al agua, todos estaban muy felices porque habían superado las tres pruebas de la isla y entonces continuaron el rumbo a la isla pero después de estar a medio camino se pararon para descansar, tiraron el ancla y se fueron a dormir. Al día siguiente se despertaron y continuaron hasta que..... llegaron a la isla. No se lo podían creer, fueron corriendo para tirar el ancla y saltaron al agua y continuaron nadando hasta que llegó el capitán se echó a llorar de alegría, podía sentir la arena, su sueño se había hecho realidad, no se lo podía. Levantó la cabeza y vio los cofres y cuando tocó los cofres podía hablar bien, llegó a la tripulación y les dijo.

-Señores ha sido un placer ser vuestro capitán sois los mejores.

Y todos dicen a la vez.

-Eres el mejor capitán del mundo.

Entonces el capitán y tripulación empezaron a coger todo lo que veían joyas, cofres, oro....

Cuando ya habían terminado revisaron si faltaba cosas pero la isla empezó a temblar, entonces quitaron el ancla y salieron lo más rápido posible. Atravesaron por donde lucharon contra el fénix, también por donde estaban las sirenas y por último por donde habían derrotado aquellos piratas extraños hasta que salieron de la cueva, más tarde cuando salieron de la cueva todos los piratas fueron atrás para ver lo que pasaba y únicamente vieron la cueva derrumbándose y toda la tripulación celebrando, pero el capitán se quedó en su sitio y se echó a llorar de alegría. Por fin cumplió su sueño nunca más volvería ser tartamudo, miro hacia arriba y suspiró después miró a su tripulación y se echó a reír sin saber por qué y pensó ( posiblemente será que me hace gracia cómo bailaban o porque río para no llorar de alegría ), no lo sabía pero sí sabía que nunca tendría unos compañeros tan maravillosos en toda su vida y que si no fuera por ellos no lo habría logrado.

FIN


"CÓMO TODO EMPEZÓ" (Por James Glass, de 2ºF)

Todo iba bien, mejor dicho perfecto, hasta que empezó a sonar la sirena y al mirar por la ventana veía humo.

Me llamo Carlos, y por mi cumple de catorce años, de regalo mis padres me compraron un billete de viaje para ir solo a la China. Porque a la China, porque sabía hablar chino (gracias a mi padre medio Chino) y porque me fascinan sus artes marciales y sus culturas. Esta mañana había cogido el vuelo y estaba todo preparado para una gran aventura .Todo iba perfecto como había dicho antes, cogí el vuelo, despegó a tiempo, las películas me gustaban y sobretodo la comida estaba excelente. Ya habían pasado unas doce horas de vuelo cuando de repente empezó a sonar la sirena y en ver el humo que posiblemente salía de un motor, sabía que algo olía mal .Y empezó mi pesadilla . El piloto anunció que habían perdido dos motores y que el avión estaba inestable y de repente…Puff! Empecé a oír a gente gritar, llorar, pero la verdad es que no estaba seguro de lo que pasaba porque me consumía una marea de negro y en nada perdí el conocimiento.

Me despertó la luz del día, noté que estaba mojado y al en abrir los ojos, vi que se me acercaba un cocodrilo, al intentar mover no pude y intente de nuevo y noté que todo me dolía y empecé a llorar mirando hacía el cocodrilo esperando que pase algún miraculo, y en ese momento el cocodrilo mataco .Justo abrir la boca vi como una fletxa hería el cocodrilo en toda la barriga y luego otro dejándolo sin vida .Yo sin poder hacer nada, perdí de nuevo el conocimiento.

Está vez me desperté en una cabaña de bambú, vi que llevaba ropa que no reconocía i también muchas heridas, me levante, y con un gran esfuerzo me puse de pie .De repente entro un hombre viejo a la cabaña me miró y me pregunto en Chino, si sabía hablar en Chino y yo le contesté que si .Desde ahorra todas las conversaciones que salgan serán en Chino .Luego el me preguntó cómo me encontraba, cómo me llamaba, de dónde era…
Luego yo le pregunte, donde estaba y el me dijo que estaba en el pueblo secreto de Kadya, un sitio que solo conocen sus habitantes que solo son 43.
Yo intrigado le pregunte porque era secreto y el con cara de pena dijo:
-Hace mucho tiempo, vivíamos en un pueblo rico y alegre, pero…- vi como le salían lagrimas de los ojos y hubo un silencio incomodo hasta que entro un niño (chino, parecía tener 14 años) y dijo abuelo te necesitan y el viejo le dijo al niño que me presentara el pueblo .Así fue, vi que el pueblo era pequeño constituido por casas y chabolas, también aprendí que el niño se llamaba Wan y al final del día nos caíamos bien.
Esa noche dormí en la habitación del principio e intente recodar que pasó después del accidente, pero fue inútil. Luego pensé en mi familia que debería estar triste por mi desaparición, o probablemente piensan que estoy muerto. Y en nada estaba dormido.
El siguiente día me despertó Wan y me dio arroz y agua para desayunar y al acabar de comer salimos a correr .Fuimos por un camino muy bonito , habían todo tipo de variedad de plantas pero la que más veíamos era el bambú .Corrimos mucho , mejor dicho muchísimo , si no hubiera ido a atletismo cuando era pequeño no habría durando .Paramos al lado de un templo y rezamos y nos reímos un rato , luego los él me enseño como hacer una lanzas con bambú , él acabo muy rápido y me dijo que tendríamos que seguir el trayecto , y me dijo –Para seguridad – y me dio su lanza recién echa .
Llegamos a un lago enorme y fantástico donde encontramos un árbol de manzanas y nos zampamos dos en segundos .Luego observamos como se movían unos peces en el lago y con la lanza intentamos cazar una .Después de un buen tiempo de diversión habiendo pescado ya 5 peces, empezamos el trayecto de vuelta . Volvimos por el mismo camino por el que vinimos, justo entrar en un bosque de bambú vimos un oso panda y lo esquivamos para no meternos en peligro como harían unos idiotas, pero no tuvimos mucha suerte con un tigre que nos ataco .Estábamos apunto de llegar, dos kilómetros o tres del pueblo, cuando un tigre salio de la hierba y nos miró .Luego empezó a abrir la boca y nos atacó. Yo haciendo todo lo que podía lo iba esquivando y pinchándolo con la lança y Wan lo distraía .Claro el tigre nos hizo unas herida y eso pero finalmente , tirando la lanza con toda mi fuerza acabe con la vida del animal .

Al volver al pueblo descansamos , contamos lo sucedido y luego descansamos . Los siguientes días fueron parecidos pero sin peligro , cada vez me iba acostumbrando de todo , conocía a todos , tenia mi rutina pero sabia que escondían de mi un secreto ,pero lo que mas me importaba era volver a casa , claro que me gustaba el pueblo , pero echaba de menos a mi familia, amigos …

La tarde en la que me propuse irme del pueblo y pedirle al viejo (que era el ‘’jefe’’ del pueblo) como ir a una ciudad cercana y eso… empecé a oír gritos y luego sonó una campana , … en ese momento me acorde de lo que paso en el avión y me maree .De repente empecé a ver la gente del pueblo con armas y corriendo pero note miedo entre ellos y luego empecé a oír choques de espadas y gente llorar . De repente vi a una sombra negra y luego vi que ahí había alguien , yo empecé a retroceder ,cuando se giró ,me vio y empezó a venir hacia mí .La sombra saco una espada y empezó a reírse malignamente. Yo como un pato mareado, di la vuelta y corrí por mi vida. Luego en el suelo vi un cadáver de una persona que conocía de vista y cogi la espada que encontraba al lado suya y me enfrente con la sombra.
No sabía como luchar como un profesional en espada, pero poniendo todos los conocimientos que tenia de los videojuegos, películas que siempre luchan con espadas y especialmente de algún taller de espada pude defenderme, pero todo se desequilibrio cuando vino otro ,yo sin poder reaccionar, me desarmaron y caí al suelo.
En nada Wan apareció y me fue a rescatar , las dos personas se giraron pero en girarse una me tiro un polvo en los ojos y no pude ver mas que movimientos borrosos .Destacaba quien era quien , bueno Wan y los otros , vi como una sombra se caía al suelo y Wan y el otro seguían luchando . Me sentí inútil, de todo lo bueno que me habían echo ,no les podía ayudar.

Acontinuación pasó una cosa que aun no puedo olvidar como si me quedo una marca de pena en el corazón , vi como la imagen de Wan clavaba la espada al otro pero ese también le parecía haber echo daño, luego vi una cosa que veía volando clavar-se en el cuerpo de Wan, al girar-se se vio enfrentada por otro , pero el muy débil no duro mucho hasta que… bueno luego yo me levante medio ciego , dolido… y me enfrente con la persona pero al llegar a ella se cayo al suelo y vi que detrás suya había un joven con espada que le habían matado. Luego me dijo que soy un inútil y que debería irme a esconder, yo decidido en salvarme me escondí en una caja de de madera que encontré y a pesar de todo lo que pasaba , me invadió el sueño.

Aun me acuerdo despertarme y salir a la calle viendo como la gente lloraba y recogían los cuerpos, vi el viejo mirando sobre el de Wan y como le sacaba un cuchillo clavado en su cuerpo .Yo llore, claro porque pensé que tenia que haber muerto yo en ves de él y cada vez sentía mas nostalgia de casa .Ese día fue muy triste y vi como cada cuerpo fue enterrado, luego celebramos nuestra victoria de un manera muy deprimente.

El siguiente día le pregunté al viejo quien nos atacó y porque ,también le quise preguntar muchas mas cosas pero me resulto inútil porque cada vez decía ,” - lo sabrás cuando sea tu hora” .Yo pensaba que se había vuelto loco, pero solo empeoro .Me dijo que me empezaría a entrenar para que algún día pueda volver a casa, que era la única manera de salvar el pueblo de ellos .Yo le insistí que no sabia de que hablaba, pero supe que era inútil.

Creo que había pasado meses o incluso un año des del accidente y un poco menos, del día que nos atacaron las sombras. Mi estilo de vida había cambiado mucho desde entonces .Ahora cada día entrenaba espada , lanza ,arco y lo que me fascinaba más artes marciales .Me entrenaban gente del pueblo y a veces el sabio .El otro día me regalaron una espada porque ya pensaban que me había hecho un crack en todo , bueno eso lo pensaba yo .Claro ese duro entrenamiento me hizo sufrir mucho , pero solo pensaba en mi amigo Wan y pudiendo vengarme alguna vez por su muerte .También me fijaba en una niña ,puede de mi edad que siempre practicaba tiro en arco y ayudaba su familia , para mi era muy atractiva i me enamore de ella en segundos , pero no quise tener mas conexiones con la gente del pueblo ,ya que si me fuera ,sentiría mucha pena .

Una tarde el viejo me llamo y me dijo que ha llegado la hora, yo con mucha curiosidad y sin ofender, le pregunte: ¿La hora de que? Él suspiró y me dijo –nosotros dos ,Niria , una que siempre practica tiro con arco , Buso el que te salvo la vida ,cuando te ataco el cocodrilo y Yan tu profesor de espada y lanza, salvaremos el pueblo por una vez por todas .Luego me lo explico con detalle. Primero me advirtió que si quería volver a casa, si no fracasábamos, nunca más volvería al pueblo .Acontinuación explicó todo. Me contó que los que nos atacaron el pasado año provenían de un tipo de espíritu maligno que les separa de el otro mundo y que de vez en cuando ataca recordándoles que no están solos .Dijo que había una manera de parar todo eso y muchos antepasados fracasaron en el intento pero ,él cree que con yo y los otros no fracasaríamos , el objetivo era entrar en la cueva de algo …así de los tres dragones, donde habría un pasillo donde habría una tabla en un idioma que ellos desconocían pero con suerte yo lo sabría y al leerlo sabría como salvar el pueblo. Sonaba fácil, pero al oír lo siguiente, supe que me había equivocado, dijo que nos encontraríamos con muchos villanos espectros esos y que probablemente serian muchos, mas de los que atacaron al pueblo y al llegar a la cueva dijo que solo yo entraría y que tendría que sacrificar algo, tendría que tomar una decisión dura y que finalmente … y suspiró –ya lo sabrás cuando ocurra .Sonó malo y para apartar ese tema ,le pregunte –Donde esta la cueva esta y me contesto –A unos 163 kilómetros cuesta arriba desde aquí ,así que empezamos mañana -.Yo apuntó de preguntarle mas cosas ,retire mi palabra al verlo irse de ahí triste.

El viaje empezó trágico, los primeros dos días llovieron y luego nos atacaron unos de las sombras esas que claramente no tuvieron ni una oportunidad contra nuestro grupazo .Yo flipava que la niña que me gustaba iba conmigo, pero lo acepte y nos empezamos a caer bien, en vez y en cuando nos reíamos, sonreíamos y hablábamos para pasar el rato .Cada vez me sentía más enamorado de ella pero guarde mis sentimientos para mi mismo.
Después de unos días de viaje un poco más vivos por la acción que hubo y por la amistad que montábamos entre todos ,llegamos finalmente a la cima de la montaña donde a la derecha había un puente que llevaba al entrada de una cueva, mejor dicho , la cueva de los tres dragones .

De repente de todos lados salieron como fantasmas, las sombras y nos atacaron .Esta vez eran muchos mas que los que siempre nos atacaban ,la batalla parecía ser infinita .Empecé a luchar con todo , técnica tras golpe iba matando cada uno y cada vez venían más . De repente oí al viejo gritar que corra hacía la cueva, que es mi prioridad,-así que hice lo dicho. Corrí con todo, mataba, esquivaba, mientras corría y al cabo llegue a la entrada y justo antes de entrar oí a Niria gritar -¡Carlos, te echare de menos, te quiero!- yo ya había entrado a la cueva y al girar vi como los otros aguantaban a las sombras y veía como Niria no estaba en buena situación, grité -¡Yo también te quiero!-a pesar de todo los sonidos de batalla que había oí alguien decir que corra .Quería volver atrás y ayudar a mis amigos, porqué tuve la sensación que si no ayudara no saldrían todos con vida , pero supe que así fallaría la misión, así que me adentre más a la cueva.

Todo se volvió oscuro , noté que algo fallaba pero no veía nada , me gire todo era negro , empecé a sentir miedo por no saber donde había ido la entrada , luego empecé a oír risas malignas por todos lados , luego noté como algo me empujaba y empecé a correr ,empecé a ver luz ,luego me adentre en una sala grande ,donde vi que, ahí delante mía ,había una tabla con un texto inscrito y al otro lado de la sala un portal oscuro .

Carlos miró la tabla, la leyó, la releyó , el artefacto le hizo pensar en como todo empezó ( su cumple ,el accidente ,el cocodrilo , el viejo , el pueblo , Wan , las sombras ,Niria …) y así se enfrentó a su destino , un destino en el que eligió ,salvar a sus amigos chinos y romper el encantamiento o volver a casa Carlos decidido en lo elegido ,se adentro al portal preparado para lo peor .

Fin


"CARTA PARA MÍ MISMA"(Por Tania Martínez, de 2ºF)

Carta para mí misma.(Leah)

Hola, me llamo Leah, tengo dieciséis años, tengo el pelo rubio, los ojos azules, la piel blanca y tengo una estatura media. Vivo en Alcorcón un pueblo de Madrid con mis tíos Andrés y Teresa, son como padres para mí. Me cuidaron desde que pasó el accidente. Mi padre era un escritor británico y mi madre era española. Hace poco tuve un accidente de coche con mis padres, cuando íbamos hacia el centro comercial. Mis padres fallecieron, yo sufrí graves daños y hace poco me detectaron cáncer de corazón. Mi vida es difícil, noto que soy diferente desde que me detectaron cáncer, a veces desearía morir.

Tengo una amiga que la conozco desde que éramos pequeñas, que se llama Alana. Va al mismo instituto que yo, y a la misma clase que yo. Cuando necesito ayuda en alguna cosa me ayuda inmediatamente. Tengo muchos amigos y siempre que puedo quedo con ellos.

Hace poco se unió un chico llamado Christian, amigo de Juan, un amigo del grupo. Él es alto, muy alto, tiene el pelo castaño, los ojos verdes y la piel no muy morena. Es simpático, pero tímido. El primer día no hablé mucho con él, pero pasaron unos días y decidimos hacer una cena todos juntos. Cuando acabamos de cenar, dijeron de ir a la discoteca, yo al principio me negué, pero Alana me convenció.

Cuando estábamos Alana y yo bailando en la pista, se acercó Juan y Christian con unas bebidas y nos ofrecieron, empezamos a bailar. Christian y yo empezamos a hablar y cada vez nos soltábamos más. Ya era tarde, Alana me invitó a quedarme a su casa a dormir y nos fuimos para casa. Al día siguiente, en el instituto, a la hora de comer nos sentamos en la mesa con Juan y Christian. Hablamos de que música nos gustaba más, etc.

Christian me pidió mi número, y él me dio el suyo. Un día por la tarde, estaba en mi casa aburrida, cuando sonó mi teléfono. Era Alana, me dijo si quería quedar con ella, Juan y Christian, le dije que sí. Empezamos a quedar los cuatro muy a menudo.

Un día Christian me llamó y me dijo si quería quedar, le pregunté si íbamos a quedar con Juan y Alana, pero me dijo que quería quedar a solas conmigo. Yo dudé al principio pero me convenció y le dije que sí. Ese día me arreglé con la mejor ropa que tenía, me maquillé, como nunca me había maquillado, etc. Dejé atrás mis pequeños complejos. Los dos quedamos en el centro comercial.

Estaba esperando a Christian, cuando de repente le veo venir, nos saludamos con dos besos, y nos fuimos al asador. Cuando acabamos de cenar, me invitó a ir a su casa, a conocer a su madre. Acepté, cuando llegamos a su casa en moto, subimos al piso y me la presentó, se llamaba Joana. Me invitó a unos dulces. Cogí unos cuantos para mis tíos.

Semanas después, me llamó Alana preguntándome como me había ido con Christian, yo le contesté que muy bien y que me había presentado a su madre. Ella me sonrió y me dijo que él me pediría para salir. Yo me puse roja y le dije que no es verdad, que solo éramos amigos y que seguiríamos siéndolo.

Pasaron unas semanas, cuando recibí un mensaje, era de Christian. Decía que nos viéramos a las 18:30 en la parada del autobús y que no acepta un no por respuesta. Cuando llegué estaba Christian con un ramo de flores. Me dio las flores, y decidimos a dar una vuelta. Me ofreció a sentarme en un banco del parque. Me dijo que me quería y que quería estar siempre conmigo, y me dio un beso, le dije que sí.

Me invitó a su casa, le dijo a su madre que salía conmigo y se lo tomó mal, pero muy mal. En ese momento empecé a marearme, hasta que caí en el suelo. Me llevaron al hospital y llamaron a mis tíos. El doctor, les dijo que había entrado en coma. Estuve seis meses en coma, mis amigos y mi familia me venían a ver siempre que podían, sobretodo Christian me venía a ver, eso me dijeron ellos. Cuando estaba en coma, soñé que estaba en el coche cuando paso el accidente, y que me moría con mis padres, y luego que despertaba asustada. Y allí estaban Alana, Christian, Juan, mis amigos, mis tíos, etc. Al cabo de siete meses desperté allí estaba Christian, llorando porque creía que nunca despertaría, y cuando desperté me abrazó y me besó. Cuando salí del hospital mis tíos me llevaron a casa a descansar.

Pasaron unos meses ya era mayor de edad y ya estaba recuperada del todo, aún estaba junto a Christian y Alana y Juan empezaron a salir. Nos fuimos todo el grupo de vacaciones. Nos fuimos a Menorca, íbamos de playa en playa, haciendo fotos a todo. Cuando volvimos, saludamos a todos y he hicimos una gran fiesta.

Un día por la tarde me llamó Christian y me dijo que quería hablar conmigo y quedamos en la parada del autobús. Me dijo que ya no me quería, que quería ser libre, etc. Pero no decía que lo pasara mal conmigo. Me fui corriendo de allí, sentía que mi corazón se paraba, que me faltaba el aire…

Cuando desperté, creí que era todo un sueño, mejor dicho una pesadilla. Me di cuenta de que no, que era verdad, que todo eso era verdad. Que Christian me había dejado, que se me había parado el corazón…

Cuando me recuperé le dije a mis tíos que quería irme, que quería desaparecer de allí. Mis tíos cogieron unos billetes para irnos a Barcelona, a olvidarnos de esa antigua vida y volver a empezar, y

que me olvidara de ese chico, que me había hecho mucho daño. El día en el que me tenía que ir, vinieron a despedirme, faltaba él. Tampoco me importaba mucho pero, le quise mucho, demasiado. Nunca me arrepentiré de todo lo que he vivido con él.

Con cariño Leah.

Que tu nueva vida sea prospera, que te vuelvas a enamorar y que
todo te vaya bien. xxx

FIN


"LA ISLA INOLVIDABLE"(Por Pau Jiménez, de 2ºE)

Había una vez un hombre llamado Juan que tenía un hijo llamado Pedro, era muy alto y rubio, en la escuela le decían que estaba muy empanado, unos abuelos llamados Ernesto y Rosalía y su mujer llamada Laura fueron de viaje a la isla de San Diego para hacer las vacaciones. Fueron a un hotel de lo más baratito que había que lo entraron con el mapa de su abuelo. El hotel estaba al lado de la playa y de un chiringuito. Cada mañana iban al chiringuito a tomar unos refrescos fríos. El hijo se hizo amigo de un chico del hotel y cada mañana se iban a tirar desde unos acantilados y no lo veíamos hasta la hora de comer y luego hasta la hora de cenar; era muy dormilón se despertaba muy tarde y no podía jugar mucho con su amigo.

El segundo día que estuvieron ya fueron a dar una excursión con su brújula, bueno que en ese momento se le llamaba GPS. Fueron por la parte trasera del la isla. Allí había muchos pájaros de muchas especies raras y animales incrustados a las piedras de hace dos mil años. Iban con un guía era moreno de piel, muy musculoso y por Laura muy simpático. Sus abuelos a los dos kilómetros ya no podían más y tuvieron que coger un coche todo-terreno. Pedro se cansó y también se fue en el coche y como Juan veía que la gente ya no podía más se fueron todos al hotel a descansar y luego a bañarse un poco en la playa. Pedro se fue con su amigo y Laura se fue con los abuelos y Juan al chiringuito.
Al día siguiente todo el mundo durmió hasta muy tarde, hasta la hora de comer, menos Pedro que había quedado con su amigo a dar una vuelta por el hotel y inspeccionar haber si había cosa extraña. Cuando se despertó todo el mundo y vieron que Pedro no estaba fueron a consejería para saber si lo habían visto y le dijeron que si. Llamaron al móvil de Pedro y contesto:
- Pedro donde estas? - pregunto Laura
- Soy en el hotel abajo inspeccionado un poco con mi amigo Raül es que estaba muy aburrido.- contesto Pedro
- Bueno Pedro pero al menos deja alguna nota que si no nos asustas; a las dos en el comedor que sino tu padre se pone muy nervioso.- le dijo Laura
- De acuerdo, bueno nosotros ya casi hemos acabado ósea que pronto vendré.- le dijo Pedro
- Adiós hijo mío.- se despidió Laura
- Adiós mama. – dijo Pedro
A los cinco minutos, Pedro ya estaba en casa duchándose para ir a comer mientras que su padre se ponía más nervioso cada vez que oía cantar a Pedro la canción de la radio del baño. Veinte minutos más tarde salió Pedro el chico que tarda más en ducharse de esta familia y siempre pone la escusa que como tiene melena tarda más.
Bueno, osea, que a las dos y media bajaron para comer y que el restaurante estaba cerrado porque había habido un imprevisto de última hora y tenía que cerrar la cocina y la única comida que quedaba era la da su perro Rox. Al final fueron a un restaurante Italiano con su GPS porqué sino se perdían. Comieron todos muy bien y se fueron a la cama porque ya eran las nueve de la noche.
En los últimos días se lo pasaron en bomba se fueron a un parque de atracciones de agua con trampolines de casi cinco metros y toboganes cubiertos. En otro lugar había un zoo muy grande con serpientes enormes, leones muy feroces y monos muy locos. El último día lo único que hicieron fue ir de compra todo el día que si aquí hay esto muy barato que si eso es muy guapa que yo quiero este y bueno que la visa la dejamos hecha polvo.
En las últimas horas en el aeropuerto vieron una película muy famosa de John English alias Mr. Bean. Era muy buena Pedro reía mucho y los abuelos también.

De vuelta a casa en el avión tardaron tres horas y media para llegar a España, Zaragoza. Al llegar a casa vieron que la casa estaba vacía y que les faltaban cuadros. Llamaron a la policía para decirles que les habían entrado a su casa y que les habían robado. Vinieron los policías y dijeron:
-Que ha pasado aquí? -dijo el policía
-Que nos han robado todo, las joyas, los cuadros y el dinero.-dijo Laura
-Intentaremos investigar quien os a robado pero no te lo aseguro que los encontremos señora.
-De acuerdo, por favor no nos fallen.
Los policías fueron a buscar al ladrón o ladrones y con el mantel que tenían de comida la familia de Juan había una huella y consiguieron encontrar al ladrón que era un hombre barbudo y gordo. Los objetos estaban en el garaje del ladrón y todos estaban con buen estado. Les dieron a la familia de Juan y pudieron vivir normal como la de cada dia.


FIN


SIEMPRE DISCUTIENDO (Por Robert Alexandru Caraian, de 2ºE)

En una ciudad muy lejana, bueno realmente no se sabe si es una ciudad, un pueblo, una urbanización… Aquel lugar se llamaba Robotis. Aquella ciudad o lo que sea estaba dividida porque mitad de la ciudad decía que ellos eran Robotisis y la otra mitad decía que se llamaban Robotinienses. Nunca se ponían de acuerdo siempre discutían de que si uno sonaba mejor, que si el otro representaba mejor a la ciudad, nunca estaban de acuerdo. Incluso se había construido un gigantesco muro parecido al de Berlín para separar las dos partes. También pensaron en separar el país en dos. Hasta que un día llegó un joven que no entendía nada de política ni de nada sobre el tema y propuso llamar a los habitantes de la ciudad Robóticos. A todo el mundo le gustaba esa idea así que ese fue el nombre de aquellos habitantes, Robóticos. El tiempo fue pasando poco a poco en aquella ciudad hasta que un día llegaron unos individuos un poco raros a la ciudad. Eran dos, vestían de una forma muy diferente que los Robóticos. Los dos eran altos y rubios uno de ellos vestía una túnica un poco siniestra y el otro llevaba puesto una camiseta que cambiaba de color cada dos por tres, los mismo con sus pantalones. Los Robóticos en ver que no vestían como ellos pensaron que eran extranjeros. Uno de ellos se acercó y dijo:

-Buenos días, nosotros dos somos viajeros del tiempo.

-¿Y a qué venís aquí?- preguntó un Robótico.

-Hemos venido a enseñaros nuevas tecnologías.

-¿Nuevas tecnologías?

-Sí. ¿Saben ustedes cómo nos orientamos en el futuro?

-Pues como nosotros con el sol.- Vaciló un Robótico.

-No. Nosotros tenemos un pequeño artilugio llamado brújula, el cual nos indica donde está el Norte, el Sur etc.

-¡Uaaaaaaaaaauuuuuuu!- Exclamaron muchos Robóticos.

-¿Impresionante verdad?

-¿Qué mas tiene para nosotros?

-Vosotros utilizáis mapas, nosotros utilizamos Google Earth, con esto podemos ver mucho más terreno y con más detalle. Y eso no es todo.

-¿Hay más?

-¡Claro que sí!- Dijo uno de los extranjeros. Esto es un aparato muy útil, es un GPS con el puedes ir fácilmente a cualquier sitio sin necesidad de saber cómo llegar allí, este GPS te llevará allí mediante varias direcciones.

-¡P-pero eso es imposible!-Balbuceó un Robótico.

-No lo es. Os dejamos todo es para que ya esté inventado en el futuro. Los dos viajeros desaparecieron en un agujero tridimensional que los llevó de regreso al futuro.

Al día siguiente la ciudad se despertaba a gritos, como era de costumbre, el pueblo volvía a estar dividido habían algunos que no aceptaban que se utilizaran esos extraños artilugios que les habían dejado, pensaban que era brujería, magia negra, ellos no pensaban utilizarlos de ninguna manera. Con todo este escándalo la vieja ciudad volvía a lo de siempre, se despertaban a gritos y se acostaban afónicos, la ciudad había vuelto a lo normal, aunque lo normal para ellos fuese gritar y discutir por cualquier cosa. Un nuevo día empezaba y ya se oían gritos entre las señoras de que si aquella famosa sopa tradicional Robótica necesitaba sal o no. Siempre discutiendo porque era lo mejor que sabían hacer ya que no tenían otras preocupaciones.

FIN


LLUVIA DE ESTRELLAS (Por Maria Carreras, 2ºE)

Una noche de primavera, en donde se mezclan los aromas a flores y a hierba fresca
descansaba en su cama una niña, tenia sus ojos cerrados al mundo real, cuando de pronto escuchó que alguien le llamaba por su nombre:_ Luna .Así se llama la pequeña.
Ella puso atención y sin temor salió a la terraza pues la voz le decía….
-Luna, psss... ven sal a la terraza , quiero que observes lo que sucederá en unos momentos, así tú lo compartirás en tu hermoso planeta azul.

Luna salió a la terraza, con sus pies descalzos y vistiendo una ligera bata respiró profundo, aspirando los aromas de las flores que el rocío hacia que resaltaran, y el viento suave los hacia viajar.
Observó el cielo despejado, iluminado por miles de lucecitas que la saludaban inquietas
Era una noche sin luz de luna, la pequeña tomó asiento muy quietecita intentando volver a escuchar la voz que le había hecho salir a la terraza.
Mas de pronto las miles de lucecitas se soltaron del cielo, empezando a caer hacia el piso, parecía que reían alegres en su vertiginoso viaje hacia el planeta azul.
Una a una fue tocando el piso, impactada y con sorpresa la pequeña observaba… que al tocar piso se convertían, en aves, flores, mariposas, peces y en una variedad de animalitos de hermosos y diferentes colores.

Las aves emprendían el vuelo trinando alegres, las mariposas volaban presumiendo sus colores y viajaban hacia la luz, y así se incorporaban a el mundo azul de la pequeña Luna, una de las flores se quedó en su terraza , con curiosidad la pequeña le preguntó si así era como se había poblado el planeta azul… la flor le contestó que no, que cuando sucedía lluvia de estrellas era porque en el planeta necesitaba amor, solidaridad, humildad y todos los buenos sentimientos que le dan luz...Cuando el planeta se va oscureciendo por la falta de esos sentimientos ellas son enviadas para dejar el resplandor. Por eso cuando escuches el canto de un ave y te invada la paz y sonrías, estás recibiendo esos buenos sentimientos, cuando te quedes fascinada con el color de una mariposa, por tus ojos entra la luz del amor y así sucesivamente va entrando la magia del amor.
Después de que dejan esa luz las estrellas vuelven a su cielo, a cuidar que no se apague lo que vinieron a depositar en el planeta azul.

Luna sonriendo feliz se retiró a su alcoba, aspirando el amor, escuchando la humildad y viendo la solidaridad.

FIN


"LA ISLA ENCANTADA" (Por Sergi Olives Orfila, 2ºE)

Esta historia pasó en una isla desierta abandonada de la mano de Dios en medio del Mar Mediterráneo. Era una especie de Triángulo de las Bermudas ya que naufragaron muchos barcos y cayeron aviones cerca de esa isla sin ninguna explicación y tampoco se encontraron los tripulantes ni pasajeros ni las máquinas, ni siquiera sus restos. Pero esta isla pasó de ir por desapercibida por todo el mundo hasta que… ¡Espera! No adelantemos acontecimientos, empecemos por el principio.

Todo empezó un buen final de curso de instituto. Todo el mundo estaba excitado, sobre todo nuestros cuatro amigo protagonistas de esta historia. Era su último curso de instituto y lo querían celebrar a lo grande. John dijo:

- ¡Deberíamos ir a viajar los cuatro!
- ¡Claro! – dijeron los tres al unísono.
- A mi me gustaría ir al Triangulo de las Bermudas – dijo Claire.
- Eso ya esta muy visto – dijo Charles.
- Vamos a esa isla donde ha habido tantos desaparecidos. ¿Qué os parece? – preguntó Isabella.
- ¡Vamooooos! – respondieron a la vez todos.
- Pero no digamos nada, no me gustaría tener una cámara de televisión pegada al pescuezo. – dijo John

Y así fue como acordaron el viaje a la Isla.

Cuando tuvieron todo el equipaje hecho, los billetes comprados y el barco a punto de zarpar partieron en busca de lo más paranormal del mundo, la Isla. Partieron desde Los Ángeles y haciendo escala en Londres llegaron al estrecho de Gibraltar. Sabían que probablemente tendrían que saltar del barco ya que el destino de él era Grecia. Cuando lo tenían todo preparado divisaron una isla que emergía del mar. Se izo el silencio absoluto. Todos los pasajeros se pusieron desesperados gritando:

- ¡La isla! ¡La isla!
- ¿Qué pasa? – preguntó Isabella.

Nadie contestó, todo lo contrario siguieron gritando y gritando y sin escuchar, histéricos. Hablaban por el altavoz:

- ¡Ding! ¡Dong! ¡Dung! Se precisa timonel para llevar al barco a Grecia por un desmayo inoportuno del actual timonel. ¡Urge! – dijo una azafata.

El padre de Charles era pescador y sabía un rato de manejar barcos y el hijo también pero antes de que pudiese llegar se informó de una gran grieta en la bodega. John y Claire, los más valientes, bajaron hasta la bodega pero les impidieron el paso ya que era irreparable y que lo mejor que podían hacer era huir con los botes salvavidas. Impotentes se reencontraron con sus amigos.

Sus amigos les dijeron que se habían roto las cuerdas que sujetaban los botes y que no había forma humana de salir y por si fuera poco el barco empezó a arder en la cocina y se extendía como la luz. Antes de que pudieran hacer nada un tripulante corpulento, robusto y con pinta de haber sido portero de muchas discotecas y estar presente en muchas peleas les cerró el paso.

Muchos se habían lanzado por la borda y unos pocos, entre ellos nuestros protagonistas, se mantenían a cubierta, ya que era el único sitio, por el momento, seguro del barco. Hasta que no pudo aguantar más. Se hundió.

Nuestros amigos se quedaron inconscientes. Despertaron en una playa paradisíaca. Decidieron montar un campamento y programar unas tareas para todos. Durante unos meses vivieron de lujo. La isla tenía de todo, leña, comida, agua…

Una noche de luna llena se oyó un grito en el campamento, todos se despertaron pero tras mucho buscar no encontraron a Charles. Había desaparecido. Lo estuvieron buscando tres días seguidos hasta que encontraron en su cama su cuerpo inerte. Lo vieron como si estuviese cortado irregularmente en canal sin órganos como si hubiesen sido desintegrados sin dejar ni rastro y hubo una cosa que les alarmó más, vieron un montón de lagartijas dentro de su cuerpo, muertas. Le hicieron un bonito funeral para recordarlo para siempre. Todos, muy tristes, se retiraron a sus aposentos.

A la mañana siguiente, mientras desayunaban, Claire empezó a vomitar lagartijas y agonizar. Por la tarde solo quedaba John, todos habían muerto por culpa de las lagartijas.

John recibió un duro golpe con un objeto que podría ser una porra. Despertó en una celda con monitores en las paredes, en el techo y el suelo que mostraban las muertes de sus queridos amigos. Era terrorífico. Luego los monitores explotaron y con ellas las paredes. Empezaron a entrar unas lagartijas negras, viscosas y grandes de ellas y empezaron a devorar al pobre chico por dentro.

John fue el último superviviente de esos cuatro amigos que decidieron partir en busca de sucesos paranormales en la Isla.

Se preguntaran como se yo eso. Yo lo sé porque yo era el hombre que dirigía a las lagartijas. La civilización me hizo mucho daño. Unos científicos me enviaron aquí para ver como reaccionaba. Descubrí que me daba poderes sobrenaturales y me elegía como su Dios. Ellas fueron mis esclavas durante la llegada de esos chicos a la Isla. Descubrí los rostros de los hijos de los científicos que me enviaron aquí en ellos y me llevaron a la locura y me vengué. ¿Cómo? Muy sencillo, primero ordené a las lagartijas acuáticas que arrastrasen el barco hasta lo más hondo del mar Mediterráneo. Falló, pero ordené a mis lagartijas come órganos acabar con ellos en tierra y lo consiguieron. Por eso fue tan conocida la Isla pero cuidado con acercaros por aquí porque por algo será que me llaman el Señor de las Lagartijas, aunque como gobernaré el mundo vosotros seréis los primeros y me instalaré aquí en la Isla del Aire.

FIN


"LA MÁQUINA QUE PARABA EL TIEMPO" (Por Sergi Olives Juan, de 2ºE)

Había una vez un chico que llamado Juan que tenía 11 años. Destacaba por su nivel intelectual, era el mejor estudiante de la clase sin dudas, ya que lo habían subido dos cursos. Los alumnos de su clase se metían mucho con él, ya que los dejaba en ridículo muchas veces porque los profesores siempre los comparaban con él. Su asignatura favorita era la tecnología, le gustaba mucho construir inventos hasta una vez construyó un robot que parecía un humano. El profesor de tecnología se llamaba Miguel, y trataba a Juan como su propio hijo.

Un día en una clase de tecnología, Miguel dijo: -Bueno, ya que falta poco para que lleguen las evaluaciones para la semana siguiente podéis hacer opcionalmente un proyecto usando todo lo que hemos aprendido este año. Manolo el gracioso de la clase dijo: - ¿Podemos hacer un sándwich? Y el profesor le contestó si lleva alguna fuente de energía que hemos estudiado en clase por supuesto. El timbre del fin de la clase sonó y todos salieron corriendo, cuando Juan estaba de camino de su casa se encontró con Manolo y él le dijo amenazándolo. –Eh tú empollon, tiene tres días para hacerme mi proyecto, ya te vale hacérmelo y si se lo dices a alguien estas muerto- y Juan le respondió – vale, vale lo haré-.

Juan se fue corriendo hasta su casa muy asustado y no sabía que hacer.

Juan estaba en su casa haciendo los deberes y estaba pensando que podría hacer en el trabajo de tecnología, tenía que ser algo fácil de hacer porque si tenía que hacer el Manolo también no tendría suficiente tiempo para hacerlo todo.

Un día Juan estaba mirando una película con sus padres en el sofá llamada Clockstoppers que iba sobre un reloj que congelaba el tiempo y Juan tuvo una idea de repente y se fue corriendo a su cuarto y su padre le dijo – ¿Dónde vas Juan?, aún no ha terminado la película- y Juan le respondió –Ahora vuelvo-. Juan tuvo la idea perfecta para el proyecto de tecnología y mucho más, podía hacer una maquina que parase el tiempo como en la película, así tendría tiempo para hacerse más inteligente y descubrir, conocer y construir muchas cosas.

Llego el día de la entrega y presentación de los proyectos de tecnología y Juan estaba muy contento, porque después de un gran esfuerzo y varias noches sin dormir había terminado la maquina y la llamo The Stoptime, pero le había dedicado tanto tiempo que aún no la había probado, o sea que hoy seria el gran día. Juan se dio cuenta de que no había tenido tiempo para hacer el proyecto de Manolo y que si lo encontraba lo destrozaría y le robaría su invento.

Cuando Juan iba de camino a la clase de Castellano se encontró cara a cara con Manolo, y él le dijo -¿Tienes mi trabajo?- y Juan se fue corriendo y Manolo lo empezó a perseguir, ya que Manolo era mucho más fuerte y atlético lo atrapo fácilmente, y Juan le dijo –Lo siento, lo siento, no tuve tiempo, me había olvidado pero no me pegues, por favor… y Manolo le respondió muy enfadado –A mi me da igual tus problemas, la cuestión es que no has hecho lo que te dije, así que te tendré que partir la cara-.y Juan le dijo desesperadamente –¿Podemos hacer un trato?- Y Manolo le respondió –Haver te escucho- y Juan le dijo –Mira yo te doy mi trabajo y no me pegaras nunca más-. Y Manolo le respondió –Trato hecho-.

Llegó la hora de Tecnología y llegó el turno de Manolo, y toda la clase se quedo asombrada, porque era una maquina muy grande y parecía ser futurista, y Manuel cuando la gente se calmo empezó a explicar para que servia y dijo –Hola a todos, he hecho una maquina que puede congelar el tiempo, y todas las personas excepto la que que active la maquina quedaran congelados, el tiempo quedara parado, todo los relojes, el agua, las personas… Así la persona se podría pasar días atrapada en el tiempo y las congeladas en cambio no se darían cuenta de nada. Y el profesor lo interrumpo y le dijo –Sí, si muy buena explicación pero yo quiero ver-la en acción- Manolo no sabía activarla y empezó a tocar botones a lo loco y Juan pensó que tenía que reaccionar y grito –Para ahora mismo que provocaras una sobrecarga y va a explotar- Pero era demasiado tarde hubo una gran explosión y salio mucho humo y nadie podía ver nada y cuando se fue el humo Juan se dio cuenta de que todos estaban congelados y grito – ¡Funciona!- Pero toda la clase estaba destruida y de repente alguien dijo -¿Qué ha pasado?-.

Manolo tampoco había quedado congelado por la maquina, y Juan se dio cuenta de que por culpa de la sobrecarga la maquina se había destruido y grito – ¡No!, ¡estamos atrapados en el tiempo!- y Manolo le dijo -¿Cómo que estamos atrapados en el tiempo?- y Juan le respondió –Que por culpa de la sobrecarga que has creado has destrozado la maquina y estamos atrapados en el tiempo, es como si solo estuviéramos nosotros en el mundo.

Juan y Manolo decidieron llevarse bien hasta que consiguieran volver a la normalidad y Juan fue a buscar las piezas para volver a montar una maquina y mejorarla para que funcione mejor.

Estos días mientras Juan estaba intentando volver a montar la maquina y Manolo le estaba ayudando a conseguir las piezas se sentían muy solos, la ciudad estaba desierta y era muy triste y fría. Juan añoraba mucho a sus padres y a la escuela. Cada mañana cuando se levantaba no había nadie, todo estaba muy vacío, no había ni una alma viva, solo había como estatuas congeladas.

Al fin Juan y Manolo consiguieron reconstruir la maquina, decidieron volver a activarla en la clase de tecnología, porque cuando la activen nadie se abra enterado de nada y así aran como si no hubiera pasado nada pero primero hicieron un par de volcanes de bicarbonato para presentar-los para los proyectos y actualizaron la maquina para que cuando la activen aparezcan unos diez minutos antes para que nadie sepa lo de la maquina.


Juan activo la maquina y hubo otra gran explosión, cuando despareció el humo estaban en clase, y Juan grito – ¡Lo hemos conseguido!- y el profesor dijo –¿Que es lo que has conseguido Juan?- y Juan le dijo-No nada maestro, cosas mías-.

Juan y Manolo a partir de aquel día se llevaron bien y de mayores llegaron a ser unos grandes inventores, inventaron coches voladores que funcionaban con la energía del sol y muchas cosas más.


FIN


"LA NOCHE" (Por Àngela Pons, de 2ºE)

Noche. Noche mágica. Noche de deseos e ilusiones. Noche iluminada por la luna llena. Noche estrellada. Noche tranquila. Noche especial.

Isabel estaba tumbada en su cama, pensando. Soñando. Era una chica muy guapa. Tenía el pelo largo, moreno y un poco rizado, casi le llegaba a media espalda. Sus grandes ojos verdes, era en lo primero que te fijabas al verla, y también en sus dientes, perfectamente alineados y blancos, que siempre conjuntaba con una amplia sonrisa que le iluminaba la cara. Medía aproximadamente lo que mide una chica a los trece años, ni extremadamente baja, ni extremadamente alta, lo justo. Se podría decir que físicamente, era una gran chica, igual que psicológicamente. Era inteligente y atrevida, pero un poco ilusa y soñadora. Vivía en una casa un poco apartada de la ciudad, lo suficientemente grande para su hermano pequeño Marcos, de cinco años al que le entusiasmaban los piratas; Su madre, Mónica, que le gustaba mucho cocinar, y ella. Sus padres se habían divorciado ya hacía muchos años, y muchos años también hacía que la familia no veía a su padre. Ya nunca solían pensar en como sería su vida juntos, porque ya todos reconocían que nunca más iba a volver. Pero no les importaba, eran felices los tres juntos y eran una gran familia.
Desde pequeña, a Isabel, le habían gustado las estrellas, los planetas y todo lo relacionado con esas cosas tan lejanas y diminutas vistas desde la Tierra, pero en realidad enormes e interesantes. Por su cumpleaños y por Navidad, solo pedía libros de astronomía, maquetas e incluso telescopios. Eso último todavía no había llegado, pues su familia no estaba muy bien económicamente, pero ella se conformaba con sus libros, apuntes, mapas, brújulas,... Cada día, al anochecer, pasaba las horas intentando buscar algunas constelaciones y estrellas, o adivinar planetas, o simplemente observar el gran cielo estrellado. Trágicamente algunos días de nubes no podía hacer todas esas maravillosas cosas, así que se centraba en sus libros, que no eran pocos. Y así todas las noches, una detrás de la otra, sin cansarse, sin aburrirse, cada noche, era “estrelladamente” genial. Y durante todas las noches, cuando cenaban todos juntos, se contaban todas las cosas que habían hecho o descubierto durante el día.
– Hoy he ido con Carlos en busca del tesoro por todo el bosque, y hemos visto muchos animales- dijo Marcos.
– ¿Y habéis encontrado el gran tesoro Capitán?- preguntó Mónica.
– Estamos en ello, de momento tenemos tres partes del mapa, nos falta una, de momento tenemos que encontrar la que nos falta para poder seguir- anunció entusiasmado el hermano pequeño.
– Pues estoy segura de que mañana la encontraréis- lo animó Isabel guiñándole un ojo.
– Sí, estoy segura de eso- dijo su madre.

Y así todas las noches. Algunas hablando de piratas y tesoros, otras de estrellas y galaxias, y otras simplemente, pasadas en familia, porque eran solo eso, noches.

Se acercaba Navidad, e Isabel mantuvo la esperanza de conseguir su telescopio, sabía que seguramente no llegaría, pero ella solo pedía eso. Parece increíble que con un pequeño cristal y un tubo se puedan llegar a observar cosas de una preciosidad inmensa. La verdad es que con eso estaría ocupada todos los días, el universo es enorme, y tiene miles y miles de cosas por observar, descubrir e imaginar. Faltaban pocas semanas para Navidad, y Mónica planeaba ya algunos regalos por hacer, el de Marcos lo tenía muy claro, el que todavía no estaba decidido era el de Isabel.
Al fin llegó el día seis de enero, los niños estaban ansiosos, pero su madre les dejó bien claro que hasta las ocho y media, nadie se podía levantar. Ya hacía horas que los dos hermanos estaban despiertos, pero cuando el despertador marcó las “08:30”, los dos saltaron de la cama y bajaron al piso de abajo.
Se quedaron un poco sorprendidos al ver que bajo el árbol solo se encontraban tres sobres. Nunca había pasado eso... Al bajar su madre, decidieron que el primero en abrir su regalo fuese Marcos:
– Marcos, empieza tú- decidió su madre
– ¡Bien!- gritó, y empezó a abrir el sobre- ¡Aaaaaaaaaa!- gritó el niño que tardó unos minutos en leer lo que estaba escrito.
– ¿Qué es?- preguntó con curiosidad Isabel
– ¡Me voy una semana a un campamento pirata!
– ¡Qué bien!- gritó Mónica- Isabel, tu turno
– Está bien...
Isabel abrió su sobre, y empezó a leer para si misma, la carta decía así:

“Querida Isabel,
lo siento mucho, pero el telescopio no ha llegado, sabía que te hacía mucha ilusión tener en tu propia casa, un lugar donde observar el universo que nos rodea, pero no ha podido ser. No te asustes, pues creo que hay una cosa mejor que te puedo regalar, no podrás utilizarlo siempre que quieras, pero va a ser una gran experiencia para ti. Vas a ir una semana entera al observatorio más importante de España, con especialistas que te van a enseñar cosas que puede que nunca te hayas imaginado, y podrás observar con mucho detalle todo el universo. Espero que te lo pases muy bien, y recuerda que siempre podrás abrir la ventana y mirar hacia las estrellas, por que la noche siempre estará allí para ti.”

– Dios mío mamá...- dijo Isabel casi llorando- Te quiero
– Y yo a ti cariño.
– Mamá, abre tu regalo- dijo dándole a su madre el último sobre.
– Pero si yo...bueno está bien...
– Espero que te guste- le dijo Isabel
– ¡Pero hija!- exclamó su madre- una semana en un “SPA”, ¡no querré volver!
– Nosotros tampoco, pero te lo mereces y tienes que disfrutarlo- le dijo su hija
– Muchas gracias- dijo llorando Mónica

Faltaban solo unos días para que toda la familia se separase, todos iban a distintos sitios de España, pero seguro que todos se lo pasarían genial.
Isabel llegó al observatorio a las cuatro y media de la tarde, y se sentía un poco extraña. Unos momentos antes dejaba las maletas en el hotel y ahora estaba en el sitio que siempre había deseado. Era un sitio inmenso, con una estructura que Isabel jamás hubiese imaginado.
El primer día le presentaron a todo el equipo del observatorio, le enseñaron las grandes instalaciones y las principales máquinas que iban a utilizar durante esa semana. Solo con ver todo eso ya se hubiese conformado, pero no, tenía una semana para disfrutarlo y no iba a perder tiempo. Pasó la semana observando de cerca planetas, estrellas, agujeros negros,... Se veía todo muy bien, podías ver el color rojo de Marte, los anillos de diferentes planetas...era increíble. Cada vez Isabel alucinaba más con lo que veía, ya tenía muy claro a que se dedicaría de adulta, lo tenía demasiado claro. Allí hizo muchos amigos, y a la hora de la despedida desearon volverse a ver algún día.
– Bueno, tengo que irme o perderé el autobús- dijo con tristeza Isabel.
– Que tengas buen viaje, y recuérdanos, nosotros no te olvidaremos- dijo uno de los chicos.
– Podéis estar seguros de que os recordaré siempre, solo espero volveros a ver algún día
– Yo ya sé cuando será eso- sonrió el chico
– ¿Cuándo?- pregunto Isabel
– Cuando dentro de pocos años seas famosa, y ya verás como será muy pronto, sabes mucho pequeña- dijo mientras le guiñaba el ojo a Isabel
– Gracias y adiós. ¡Espero veros muy pronto!

Cogió sus maletas y se dirigió hacia el autobús, le esperaba un largo viaje de vuelta. Al llegar a casa toda la familia contó lo que había hecho durante esa semana, y decidieron ir a descansar, todos los viajes habían sido muy largos.
Antes de ir a dormir, Isabel se acercó a la ventana de su habitación, la abrió y sacó la cabeza. Allí estaba, el universo, las estrellas, los planetas, la oscuridad: la noche.

FIN


"EL NIÑO DE ALLÍ ARRIBA" (Por Lluc Bondia, de 2ºE)

Salió un sol débil con nubes y, un viento del sur, que me transmitía una sensación de calor y agotamiento importante. Yo, me encontraba en un lugar misterioso, un lugar dónde había mucha luz y un ruido tremendo que me hacia un dolor de cabeza insoportable. No sabía cómo había llegado allí. Estaba en un callejón, cuando me encontré un señor y empezamos a hablar:
-¿Eh, chico necesitas ayuda?- dijo el señor
-No estaría mal. No se como he llegado aquí-contesté.
-¿Quieres alguna ayuda médica o que busque a tu familia?-me sorprendió el señor.
-¿Qué es médica? ¿Ayuda? ¿Familia?-le pregunté.
¿Que eran todas aquellas palabras que me decía? ¿Qué quería hacerme? ¿Qué hacia yo allí en lugar de estar luchando en Júpiter?
-Veo que necesitas ayuda.-me dijo.-Te llevaré a un doctor que averiguará lo que te pasa.-me dijo después de estar observándome durante unos largos segundos.
El señor me subió a un aparato de círculos que luego se movió. Entramos en una sala oscura que me dejaba abrir los ojos y notar tranquilidad. De repente una luz se encendió y el momento de tranquilidad se transformó en un momento de angustia. La sala era pequeña, con una gran ventana cubierta por unas persianas, al frente había una cosa con patas, de color marrón y al lado de ella una luz que me iluminaba la cara, la habitación.
-Hola.-me dijo.
No le contesté. Tenía miedo, no sabía lo que me pasaba excepto que me había cogido un señor y me había llevado a una sala cuya luego me había angustiado. De repente sentí la necesidad de empezarle a tirar cosas materiales como un lápiz, un bolígrafo… Él no reaccionó mal, sino que los esquivo y me dijo:
-¿Quién eres?-.
-Soy Josh-.
-Un gran pasó-.-pensó en voz alta.
De repente me empezó a preguntar cosas que no entendía como ¿Cómo has llegado aquí? ¿De dónde vienes?
Me llevaron a una sala dónde había gente pequeña cómo yo. Cogí y le quité a un niño una pistola de juguete. La quería para poder defenderme contra el señor de la bata blanca, el que me había hecho preguntas raras.
El señor me observó desde la ventana de la habitación. En unos minutos me vino a buscar, yo me negué, pero no tenía ni la mitad de fuerza que “el señor de las preguntas raras”. Me llevó a la misma sala anterior, pero había algo que había cambiado. No había luz de la ventana sino que había luz de unas espelmas cuya luz no era fuerte y por tanto me permitía abrir los ojos.
El señor me tumbó en una mena de camilla. Por la puerta entró una chica que también llevaba una bata blanca. Empezaron a hablar y fue en ese momento cuando empecé a comprender su idioma. Era una especie de chino mangarin con una pizca de ingles culto. En unos segundos ella se fue y él vino hacia mi.
-Hola.-me volvió a decir
-Hola.-le contesté.-¿quieres que te cuente mi historia?-.
-es lo que te iba a preguntar-.-Veo que has decidió hablarnos-.
-Sí-afirmé.
-Hola me llamo Josh y tengo 11 años. En estos momentos tendría que estar en Júpiter luchando por mi pueblo con mi familia. No sé dónde estoy ni como he llegado aquí, sólo quiero volver a mi planeta para luchar por mi pueblo-.
-Intentaremos ayudarte a que vuelvas a tu casa pero necesito tu máxima colaboración-.
-¿Dónde vives?-.
-Teóricamente vivo en un pueblo de Júpiter que se llama Alvapo-.
-¿antes habías dicho algo de una guerra, qué guerra?-.
-Mi pueblo se fundó sobre los restos de una ciudad llamada Cretus. Ahora sus descendentes han conseguido la confianza de la capital Carreteu. Carreteu y su ejército están atacando a mi pueblo-.
Cada vez estaba recordando más cosas, debía tener un tipo de amnesia. En ese momento me acordé de algo más, un dato importante.
-Me acabo de acordar de una cosa. Yo he sido enviado aquí para buscar ayuda de otros planetas-.
-Increíble. ¿y que vienes a buscar?-.
-Vengo en busca de armas, C4 y materiales para poder derrotar y salvar nuestro pueblo.
-Hablaré con el comandante de la ciudad y le explicaré tu caso-.
El señor se fue y yo pude dormir un rato.
En medio de la noche oí un ruido. Era el señor que venía a hablar conmigo.
-He hablado con el comandante y dice que si que te dará armamento suficiente para ganar-.
-¡Qué bien!-. -¿me dejas llamar a mi familia y contarle lo sucedido y la solución para el pueblo?-.
-Claro que sí-.
En un momento saqué mi súper movilambric interplanetal y los llamé. Estaban muy contestos por ello y me dijeron que me venían a buscar.
-Me viene a buscar mi padre con su ovni de luxe-.
-¡Qué bien! ¿Y cuándo te viene a buscar?
-Mañana a las 5-.
-Le comunicaré al comandante que transporte el armamento y todo saldrá muy bien-.
Era el día, faltaba poco para que llegase mi padre, y yo estaba muy nervioso. En un flash apareció mi padre, lo cargamos todo y nos fuimos a afrontar una guerra que, al cabo de 2 años y 45 días la ganamos. Todos estábamos muy emocionados sobre todo el señor de la bata blanca.
-Adiós-.
Ese fue el último adiós tan emocionante que dijo jamás el doctor.

FIN


"LA TORMENTA" (Por Maria Gomila, de 2ºF)

Llevaba días yendo al acantilado, allí sentada se quedaba mirando el faro.
Hubo un tiempo que no iba sola, iba con él, pero eso fue antes del accidente, antes de que aquel pequeño barco no volviese del mar.
Sucedió una soleada pero fría mañana, tenían que salir a pescar a alta mar, en aquel pequeño pueblo no había muchos medios de ganarse la vida.
Ella y él no se conocieron allí, fue en otro lugar, en la universidad, él un soñador encerrado en sus libros y ella una estudiante mediocre, no era más guapa que las demás ni más lista, pero el día que la miro desde la última mesa de la cafetería , supo que nada los separaría.
En dos años, aquella relación continuó y cuando los padres de ella se opusieron a que su hija con apenas 23 años se fuera a vivir con un becario, de un pueblucho pesquero del norte, cuyo único talento era escribir poemas; ella supo que no le dejaría.
Aquella mañana, por algún motivo la hizo recordar aquello, miro con seriedad al barco cuando salía del puerto y un escalofrío la recorrió la espalda. Recordó sus últimas palabras antes de embarcar.
- No temas, pase lo que pase, volveré a por ti aunque tenga que arrancarle los brazos a la misma muerte para conseguirlo.
Las noches en que él no estaba, la hermana de él venía a dormir con ella, era alegre y jovial y aunque bastante mayor siempre le ayudo, gracias a ella, su hermano el poeta, como le llamaban en aquel lugar, fue a la universidad, termino su carrera y cuando decidió volver a casa, ella le busco una pequeña casita junto al puerto.
Aunque no era hijo único tenía dos hermanas más, siempre estuvo más unido a ella que a ninguna otra hermana.
Si volvieron no fue por amor al pueblo, fue porque él necesitaba escribir allí, entre brumas y sal, decía concentrarse más.
Era ya pasada la media noche cuando se despertó sobresaltada, algo la había llamado en sueños , algo la había susurrado en el oído, una frase que se la presentaba absurda.
- ve al acantilado, la dijo, ve y espera la tormenta, con ella voy yo.
Estaba aun levantada cuando fueron a buscarla, una tormenta enorme se había desatado aquella noche y no sabían nada del barco, había demasiado viento para ir ahora así que habría que esperar a la mañana.
Pero no hubo suerte, el barco no apareció, ni su tripulación, aquellas aguas y aquel mar bravo era impredecible.
Se les dio oficialmente por muertos, aunque no hubo cuerpos que enterrar. Nadie hubiese sobrevivido en aquellas aguas a aquella tormenta.
Las mujeres se resignaron y algunas incluso se fueron del pueblo, pero ella no, ella había escuchado como la dijo que volvería.
Así fue como tarde tras tarde, lloviese o no durante los tres meses siguientes ella fue al acantilado.
Aquella tarde, salió antes de lo normal, se sentía aliviada, estaba tan nerviosa como si aquello fuese su primera cita.
Llego al mismo lugar de siempre y se quedo de pie, con calma esperando que el faro se encendiera.
Miro al cielo y contemplo como las nubes antes grises ahora eran negras y como los colores de la tarde se cambiaban de un gris claro a un gris oscuro en un pequeño espacio de tiempo.
Vio los relámpagos surcar el cielo ennegrecido alumbrado el agua y la tierra sin compasión y sintió miedo, fue entonces cuando iba a marcharse cuando una extraña figura le llamo la atención poderosamente.
Se trababa de algo que volaba hacia ella, no podía ser una gaviota puesto que esta figura parecía mucho mayor, un pelicano perdido o quizás un alcatraz, pensó, pero aquella figura se aproximaba cada vez mas y era cada vez mayor.
Cuando la vio más de cerca, reconoció a su amado, estaba frente a ella y le extendía los brazos como si quisiera volar con ella.
Extendió los brazos pero no conseguía cogerle las manos y entonces, supo lo que tenía que hacer y sin pensarlo grito, mientras el mar bramaba con fuerza.
- Espera, espera un poco sé lo que pasa, pero puedo arreglarlo.
Sin dudarlo salto, fue un salto impreciso, sin belleza, sin arte, solo un salto al vacío. Tampoco duro mucho, quizás un breve segundo o quizás fueran unos breves minutos de caída.
No hubo grito y si lo hubo la mar lo acallo con su bramar incesante, no hubo sonido alguno al chocar su cuerpo entre las rocas, ni sangre, ni nada más.
Pero la figura salida de los rayos no se marcho, se quedo esperando, esperando, esperando.
Durante un minuto o puede que mas, la figura se giro y fue cuando desde el faro la imagen que vieron fue espectral.
Los dos vigilantes miraban absortos como desde las profundidades del mar una figura hecha de luz salió fuera y mientras los relámpagos iluminaban el cielo y el viento bramaba con tanta fuerza que hundía las voces del sonido; la figura salida del mar se reunió con la figura que la esperaba al pie del acantilado y durante lo que pareció una eternidad pero solo duro un segundo ambas se besaron, se abrazaron y consumidas por la luz de un relámpago desaparecieron , dejando a los dos vigilantes del faro viendo como la tormenta se apoderaba de todo el paisaje…….
Varios días después cuando las condiciones meteorológicas lo permitieron, buscaron a la muchacha por el mar, pero no la encontraron y dudo mucho que la encuentren porque su alma baila junto al alma de él en el filo exacto de una tormenta.

FIN

"EL ASTRONAUTA QUE QUERÍA ALCANZAR LA LUNA" (Por Sara Tudurí, de 2ºE)

Esto era un astronauta que tenía un sueño. Su sueño era llegar a la Luna, fuera lo difícil que fuera. Para llegar a la Luna tenía que prepararse: tenía que conseguir una nave, una tripulación... Al conseguirlo todo empezó a planificarlo.

Llegó el día del despegue y al cabo de un rato de despegar se dieron cuenta de que no sabían dónde estaban, que se habían perdido. Las radios no funcionaban y no se podían comunicar con la Tierra. No sabían qué hacer, estaban perdidos en el espacio.

Al cabo de un rato empezaron a ver una luz un poquito brillante y se dirigieron hacia ella pensando que era la Luna. Aterrizaron en ese planeta, que no era la Luna y por curiosidad se quedaron para ver qué planeta era, porque nadie sabía que existía y serían los primeros en conocerlo.

Dejaron la nave y se pusieron a andar hasta encontrar algo. El planeta era muy raro no se parecía nada a la Tierra. Era pequeñito pero con muchos seres. Los seres que vivían allí no se parecían en nada a los de los de la Tierra, eran como animales. Cada uno tenía una característica diferente, algunos tenían cuatro piernas, otros tenían cuatro ojos, dos delante y dos detrás, algunos eran azules, algunos verdes, algunos amarillos… Esos seres se llamaban Marls. Todo el mundo parecía pasárselo bien. Al cabo de un rato se les acercó uno de esos seres, tenía cuatro ojos, dos detrás y dos delante, les tenía bien vigilados. Se acercaron a él:

-¿Serías tan amable de decirnos dónde estamos?- preguntaron los astronautas.

-Estáis en el planeta Marline.- Contestó el animal raro.

-¿Y cómo te llamas?- Preguntaron los astronautas.

-Me llamo Claudius y soy el backrach (jefe de la casa real). ¿Y vosotros cómo os llamáis?-

-Yo me llamo Alberto y estos son mis ayudantes, somos astronautas y venimos de un planeta llamado La Tierra-

-¿Y qué hacéis por aquí? No hay nadie que haya logrado llegar hasta aquí, nadie nos conoce ni queremos que nadie nos conozca-Dijo Claudius.

-Nosotros queríamos llegar a la Luna pero nos hemos perdido y al cabo de un rato hemos visto una luz y nos hemos dirigido hacía ella, ya que no podíamos estar mucho tiempo en el espacio perdidos ya que la nave no aguantaría- Dijeron los astronautas.

-Pues entonces venid, os voy a enseñar un poco nuestro planeta y nuestro reinado.-

Claudius les presentó al rey y les enseñó todo el planeta.

Los astronautas le explicaron al rey todo lo que les había pasado y cuál era su propósito. El rey no parecía estar muy contento de que los astronautas estuvieran en su planeta y los encerró en unas celdas para que no se escaparan hasta acordar un plan con ellos. Lo que no quería el rey era que todo el mundo supiera que ellos existían y que desde entonces fueran como experimentos y que también se les acabara toda la tranquilidad que tenía su planeta.

Tras pensar y pensar en un acuerdo el rey se dirigió a hablar con los astronautas.

El rey les explicó lo que quería, que nadie los conociera y que quería hacer un trato.

El trato consistió en que ellos los ayudarían a alcanzar la Luna mientras que los astronautas no tendrían que decirle a nadie que existían y que nunca tendrían que volver a Marline.

Cuando el rey les contó el plan a los astronautas ellos se desilusionaron un poquito, porque pensaban que se harían famosos al ser los primeros en descubrir y alcanzar Marline pero aceptaron el plan, era mejor escapar de ese planeta y volver con sus familias que quedarse allí encerrados en esas celdas.

Tras unos días los Marls consiguieron averiguar dónde estaba la Luna y el camino hasta la Tierra y lo planificaron todo para despegar el día después.

Lo planificaron todo y se despidieron del rey con el trato acordado.

Llegaron a la Luna, que era su propósito y al cabo de unos días llegaron a la Tierra con todas sus familias.

Tenían muchas ganas de contarlo todo pero se aguantaron y pudieron sobrevivir sin contarlo aunque les costó mucho.

Los únicos que sabían que existía Marline eran los astronautas, y así tanto los astronautas como los Marls y el rey vivieron muy felices y con mucha tranquilidad.

FIN

"SÉ QUE ES CIERTO" (Por María Pérez, de 2ºF)


Después de esa experiencia no volví a ser la misma. Lo escribí en mi diario para que perdurara en el tiempo…
Era un día como otro cualquiera, yo, sentada en la mesa de mi despacho, ordenado las últimas hojas para irme a casa, cuando un hombre extravagante con una gran chaqueta como la de Sherlocks Home entró por la puerta. Lo miré y dije:
- Lo siento pero ya cierro, tendrá que irse- me miró, pero no dijo nada, cuando iba a repetirle que se fuera me dijo:
- Por favor, guarde este papel, y sólo puedo confiárselo a él a nadie más, sino el mundo, tendrá un titán gobernándonos- pensé que se había pasado con las copas pero antes de desplomarse, abrió su chaqueta, y se dejó ver un disparo de bala en las costillas. No supe que hacer, lo único que se me ocurrió fue salir corriendo, pasé al lado de él y vi un papel, lo cogí con cuidado y lo miré me lo guardé y pasé de largo, pero cuando llegué a la puerta de la calle, pensé:
- ¡Sandra, como puedes hacer eso, vuelve atrás!- así que mientras subía llamé a la policía y les dije que había un cadáver en mi oficina, pero no sabía si estaba muerto.
Vinieron a los 5 minutos, por cierto que esos 5 minutos se me hicieron eternos, acompañada de la ambulancia. Les enseñé el camino. Los chicos de la ambulancia confirmaron que estaba muerto y la policía no paró de hacerme preguntas y más preguntas durante un buen rato. No se supo nada del caso, lo único que averiguaron fue que ese hombre no tenía familia, solo un padre que estaba desaparecido. años. No tenía casa, nadie lo conocía, así que dejaron el caso cerrado.
Ahora 5 años después todavía me sigo preguntando quién mató a ese hombre. Hoy hace 5 años que murió el hombre, y ¡hoy me voy de vacaciones a Nueva York! Haciendo la maleta me encontré con ese papel tan raro, decidí llevármelo. Llegué allí a las 7, fui al Hotel. Era bastante lujoso, estaba bien, mi habitación era bastante grande. Me hice un baño grande y luego bajé a cenar y luego a dormir.
Era media noche y noté un aliento, y luego unas manos tapándome la boca, me debatí para quitarme de encima a mi agresor, lo último que noté fue un golpe en la nuca.
Me desperté, noté un sabor a sangre en mi boca, abrí los ojos pero no vi nada porque tenía algo tapándome los ojos. Intenté mover las manos y los pies, pero nada, no podía hacer nada. Oí una voz hablando, hablaba en un idioma extraño y luego me quitaron el vendaje. Y vi a un hombre apuntándome con una pistola.
- ¿Qué sabes? ¡No dudaré en disparar!- dijo el hombre con un extraño acento
- ¿De qué? ¡Yo no sé nada! Yo solo estaba de vacaciones y me han raptado y….- ahí ya estaba a punto de llorar, ¿Qué querían que les digiera?
-¡No te hagas la tonta!- gritó el hombre- ¡Tú sabes bien de lo que hablo! ¡Hace más o menos 5 años un compatriota nuestro murió a manos tuyas!- dijo en hombre apuntándola con un cuchillo, y moviéndolo amenazantemente.
- ¡Pero si yo no mataría una mosca! ¡No he matado a nadie en mi vida! Y no pienso hacerlo- dije gritando, los siguientes instantes siguientes fueron confusos, ya que me desmayé.
Me desperté, creo, a la mañana siguiente, estaba libre, podía mover las manos y los pies. Me levanté deprisa a ver si podía salir, pero ¡no! Estaba en una cárcel, el último sitio donde quería estar, había visto cárceles en las películas ¡y eran horribles!
Vino un hombre a darme de comer, ¡Comer!, con tanta emoción no me había dado cuenta que me estaba muriendo de hambre.
Los siguientes días fueron lo mismo, no sé cuánto tiempo estuve allí, perdí la noción del tiempo. Era de noche, cuando oí gritos, me desperté sobresaltada, me asomé a las vallas de mi celda, no vi nada, ya que no había ni pizca de luz. Así que me senté, al lado de las barras de la celda, a esperar a ver si podía averiguar lo que pasaba fuera. No sé cuánto tiempo pasé allí intentando ver algo en la oscuridad, hasta que vi como una sombra ¿Una sombra? ¡Qué digo! Si eso estaba más negro… Pero me pareció ver a alguien, pensaba, que volvían a por mí para interrogarme por enésima vez, pero no, resulta que era un hombre, por las formas que pude apreciar.
- ¿Sandra? ¿Estás ahí?- dijo el hombre
- ¡¡Síiii!!- dije emocionada, pensado que por fin la policía venía a buscarme, me acerque a las barras de la celda para hacer ruido y que me oyera, y viniera. Oí un ruido y la puerta abriéndose.
- Rápido, sal, no tenemos mucho tiempo, pronto vendrán- susurró el extraño
- ¿A dónde vamos?- susurré, imitándole
- Ya lo veras- me contestó
- ¿Y cómo puedo saber que puedo confiar en ti?- le pregunté
- Bueno, si quieres quédate aquí- Dijo él parándose de golpe, y yo que no veía nada me choqué, pensé en lo mal que estaba y la comida tan incomible que me habían dado aquí.
- No tranquilo, te sigo, no quiero volver a la esa celda- dije muy convencida. Según mis cálculos estuvimos vagando por las oscuridades, alrededor de 1 hora. A veces nos teníamos que esconder, cuando se oían voces siempre nos escondíamos. Mi guía tenía muy claro a dónde íbamos, ya que siempre encontraba un sitio para escondernos, así que supuse que se sabía muy bien el camino, y tenía un objetivo fijo.
Me desperté en una cama blanda, y olía bastante bien. Me senté en la cama, la cabeza me daba vueltas, intenté acordarme de lo que pasó la otra noche.
- Sí, sí, ya sé, estuvimos dando vueltas, de noche, y luego fuimos…- estaba hablando sola cuando alguien tocó a la puerta- Adelante
- Hola, soy el que ayer te trajo aquí- Era un hombre, bastante alto, tenía el pelo moreno y los ojos verdes, Vestía un camiseta blanca con unos pantalones negros, por la cara tendría unos 30 años como mucho, más o menos como yo.
-Hola- me levanté de la cama y le tendí la mano, me la cogió- Gracias, pero ¿Dónde estoy, exactamente?
- Sigues en Nueva York- me dijo el hombre
- ¿Y porque me raptaron? ¿Qué tengo yo que ver? Me preguntaban cosas, que yo no tenía nada que ver, o eso creo- le dije a mi “amigo”, él suspiró
- Bueno a ver por donde empiezo…, habrás oído alguna vez la historia más cruel y extraña de Erzsebeth Bathory, una condesa perteneciente a la más alta aristocracia de Hungría, su vida está ligada a más de 650 asesinatos de jóvenes doncellas y a una obsesión que la llevó a la locura y su muerte, la de mantenerse joven por siempre, para esto creyó encontrar en la sangre de sus víctimas la poción mágica que la mantendría alejada de la vejez. Su crueldad y las prácticas de rituales satánicos la llevaron a convertir su vida en una de las más sangrientas de todos los tiempos.- Cuando acabó de contarme la historia, lo miré con cara de entendimiento, pero no tenía la menor idea de lo que estaba hablando…-Pues aunque te sea difícil de creer lo que te estoy contando, esa historia es de verdad, y nosotros buscamos el bote donde puso esa fórmula.
- ¿Para qué, que queréis la eterna juventud? ¿Y la gente que me raptó que quiere?- pregunté mirándolo con cara interrogante
- Pues lo mismo que nosotros, pero ellos para fines más malvados, con eso conseguirán la juventud eterna, y así podrían gobernar, en la tierra. Y tú eres la clave.
- ¡¡¿¿Yo??!!- lo miré con cara de o entender nada- ¡Pero si yo no sé nada de esto!
- ¿A, no? ¿Y el papel que te dio un amigo mío?- Dijo mirándome los bolsillos
- ¿Este papel?- Pregunté sacando el papel que el hombre muerto le había dado, a mi amigo se le empezaron a caer las lágrimas- ¿Es esto lo que buscas?
- ¡Sí, sí, es esto!- exclamó, todavía a con lágrimas en los ojos
- ¿Y qué dice?- le pregunté yo
- No sé haber déjamelo verlo- dijo, cogiéndome el papel, lo abrió, pude observar que había unos gráficos muy raros, como los de los egipcios, mi compañero se levantó y salió del cuarto donde había dormido. Yo también me levanté i lo seguí por unos pasillos estrechos y oscuros.
- ¿Oye? Aquí que tenéis montado un base secreta ¿O qué?- pregunté con guasa
- Más o menos- me respondió él mirándome seriamente- estos túneles nos costaron años para cavarlos, así que cállate.
- ¿Y exactamente para que queréis la poción?
- Nosotros la queremos para salvarla de los WarriorsSky, o como los hacemos llamar nosotros los W.S – respondió mirándome con cara de haberme dejado K.O
- ¿Y como sé que son ellos los malos y no vosotros?- contrataqué yo lanzándole una mirada de victoria, se lo estuvo pensando un buen rato hasta que dijo
- No tienes más que creértelo- mis momentos de gloria duraron poco ya que pensé que tenia mucha razón
- Bale… ¿y.. Cómo os llamáis vosotros?
- Los Guerreros de la Sombra- me empecé a reír cómo una loca, cuando me di cuenta que le había ofendido mi risa, me recompuse como pude
- ¿Y por qué os llamáis así?- dije entre risas
- Porqué se nos caracteriza por ser silenciosos- y otra risa más, no podía contener la risa, le estuve preguntando un montón de cosas durante el trayecto, conseguí sacarle que los dos grupos con nombres raros eran como dos “clanes”, así lo había descrito él que estaban las la busca de la pócima mágica. Llevaban décadas así, sin tener ninguna pista, yendo a ciegas intentado saber más, asta que un día a llamaron por teléfono. Era un compañero suyo que había viajado por todo el mundo, y había encontrado una pista en España, les dijo que tenía una hoja donde la reina había escrito las pistas para llegar a la pócima mágica. Era la noche que tenía que volver, pero él nunca llegó, deduje quien era.
- Así, que fuimos a buscarlo una semana después, ya que era extraño que no hubiera llegado ya. Los W.S se enteraron también. No sabemos como.- se le acercó a la oreja, parándose y dijo- creemos que hay un topo entre nosotros pero no sabemos quien es- se volvió a colocar recto y siguió caminando- como podrás suponer fue el hombre que entró a tu despacho esa noche- ya no dijo nada más, y yo fui buena y no pregunte nada más ya que me había contado muchas cosas.
Caminamos unos minutos más. Llegamos delante de una puerta muy grande.
- Tu espera aquí- me dijo, me quede allí viendo como entraba a la sala. Estuve esperándolo mucho rato, cuando por fin salió tenía cara de preocupación. Empezó a caminar y yo como su buen perrito faldero lo seguí. Volvimos por donde habíamos venido, o eso creo todo era tan igual, todo. Cuando llegamos otra vez al cuarto que había dormido, me atreví a hablar.
- Y… ¿Qué te han dicho? ¿O qué has hecho todo este rato?- dije flojo y con la voz que me temblaba, había visto a mi compañero muy triste, y todo el trayecto lo había visto como si reflexionara una cosa muy importante.
- Eso era El Consejo, donde están los supremos, los que dirigen esto- concluyó con cara de asco- Le he enseñado la hoja y lo único que han sabido descifrar decía: la Ciudad Dorada, nada más- esto ultimo fue un suspiro
- ¿Ya está? ¿Eso es lo, único que sabéis? Pues lo tenéis muy, muy crudo…
- Ya, ya lo sé, sólo necesito pensar puede que se me ocurra algún sitio- dijo él yéndose
-Espera, puede que sea… Bueno una vez leí que había mucha gente que había ido en busca de la Ciudad Dorada. Está por Brasil, Ecuador, Perú, Venezuela etc, pero en especial en zonas de la Nueva Granada.- dije encogiéndome de hombros
- ¡Ohh! ¡Gracias!- respondió él- bueno, bueno a la hora de la cena ya se lo comunicaremos a los otros, ahora dúchate y vístete, te han dejado en tu habitación ropa, siento que sea de hombre, aquí no tenemos ropa de mujer, tu eres la única- concluyó con una sonrisa
- Gracias- dije, metiéndome en mi habitación, cuando me di cuenta que no sabia el nombre de mi amigo, salí fuera del cuarto y le grité- ¿Cómo te llamas?
- ¿Yo? Yo me llamo Jake- se oyó desde el otro lado del pasillo, sonreí para mi misma, entonces se llamaba Robian.
Me duché tranquilamente y me vestí con las ropas que me habían dejado. Me miré al espejo de cuerpo, me noté diferente, llevaba opas de hombre, pero eso no era lo más importante, me sentía bien muy bien, además había perdido peso en los días que la habían mantenido en una celda.
- No me hacía falta perder peso pero bueno esto tampoco va mal- se dijo a sí misma, cuando acabé de mirarme me di cuenta que no sabia llegar al comedor. Salí a la puerta para ver si pasaba alguien, pero eso estaba más muerto que la casa de mi abuela. Estuve esperando un buen rato apoyada en el marco de la puerta. Por fin llegó Jake, lo acopañé hasta el comedor. El comedor no era una habitación muy ancha, pero si larga. Entré, conté unos 20 hombres, ya comiendo, cuando entramos todos gritaron “Ya era ahora”. Me senté en el sitio que me dijeron y estuve callada toda la comida. Al acabar Jake anunció que yo sabía donde estaba la Ciudad Dorada, todos gritaron gritos de victoria, le estuve explicando lo poco que sabía, luego Jake me condujo a mi dormitorio, donde caí redonda.
Me desperté. Abrí los ojos poco a poco, sabiendo que eso no era un sueño que seguía en esa galería de túneles. Me llevé una sorpresa ¡Estaba en mi cama! Eso no podía ser, yo sabía seguro que había estado allí.
He dejado esto escrito por si no vuelvo, pero he ido a buscarlos, sé que me pasó de verdad.

FIN

"EL MIEDO NO ES SOLO ASUSTAR: EL CUENTO DEL FANTASMA ESPECIAL" (Por Sofia Reis, 2ºE)

La ciudad de Flora era una ciudad grande donde vivía mucha gente y había muchos mercados y coches y todo el mundo siempre estaba siempre muy ocupado haciendo cosas, trabajando… Estaba llena de edificios muy altos y tenía pocos árboles. Durante el día siempre estaba muy agitada y por la noche muy silenciosa, porque la gente estaba muy cansada.
La historia que os quiero contar pasó el 14 de abril hace años.
Un día llegaron a la ciudad dos fantasmas; uno venía volando ¡pero el otro venía en moto!
Todos los habitantes de la ciudad se asustaron mucho, pero que un fantasma andase en moto era de verdad gracioso.
Cuando todo el mundo se había ido, corriendo, asustado, los dos empezaron a discutir:
-No vuelvas a hacer cosas graciosas ¿no ves que no me dejas hacer mi hobbie?
-Y tú ¿no ves que asustar a la gente no es ningún hobbie?
-Escúchame cabeza de cebolla, somos fantasmas y los fantasmas asustamos a la gente.
-Sí, pero a mí no me gusta asustar a la gente y si tengo que ser un fantasma seré un fantasma bueno, uno gracioso que haga la gente reir, no como tú, cara dura ¿lo has entendido?
Kedy, el fantasma gracioso se fue y Fantasmal el malo se quedó pensando que Kedy estaba loco de verdad; ¿cómo es posible que un fantasma no quiera asustar a la gente?
Kedy volaba y mientras pensaba que le gustaría encontrar un amigo que le ayudase y que estuviese de acuerdo con él… De repente, mientras estaba distraído, chocó con un árbol muy bonito y este le dijo:
-Hola Kedy, te esperaba.
-Ho,o,o,la ¿ cómo puedes hablar?¿ Y cómo sabes mi nombre?
-Kedy, ya sé que no es normal que un árbol hable y mucho menos en esta ciudad pero es que yo soy un árbol mágico y vengo de un mundo mágico. No me asustan los fantasmas, aunque estoy contenta que haya fantasmas buenos como tú.
-Gracias.
-De nada…Escucha Kedy, te tengo que pedir un favor,tienes que hacer una cosa que creo que te gustará, conozco a un niño que se llama Kane que vive en este edificio, en el segundo piso y le hacen mucho miedo los fantasmas y si los dos hablarais os haríais amigos porque él es muy simpático. ¿Podrías ir a hablar con él?
-Claro, sería fantástico, iré ahora mismo.
Kedy fue a hablar con Kane y cuando llegó a su habitación dijo:
-Hola, no te asustes, soy un fantasma bueno, no uno de los que asustan a la gente y yo creo que eso es una tontería
-Q, q, que eres un fantasma gracioso, es que me he vuelto loco, o ¿qué?
-No, no te has vuelto loco, yo soy Kedy y ahora te demostraré cómo soy gracioso y te contaré una anécdota…
-Qué me estás diciendo, ¿que un fantasma me contará un chiste?
-¿Te lo cuento o no?
-Sí, vale.
-Una señora vieja iba en un tren y durante todo el viaje no paraba de repetir: ay qué sed que tengo, ay qué sed que tengo, hasta que un hombre que iba en el tren decidió ir a comprar agua para ella, y ella se la bebió toda y cuando se la acabó no callaba porque decía: ay que siete que tenía, ay que siete que tenía.
-Que gracioso, que gracioso, tenías razón.-dijo riendo mucho.-
-Yo me llamo Kane y ¿sabes? ...yo tengo mucho miedo de los fantasmas que asustan pero de ti no tengo miedo, tú eres muy simpático y me gustas, sabes lo que yo creo, que nuestro mundo ya pasamos miedo muchas veces, es un mundo muy complejo y no necesitamos fantasmas que nos vengan a asustar; pasamos miedo cuando estamos haciendo un examen y no sabemos si obtendremos buena nota, cuando pensamos que alguien nos puede decir cosas malas o un maestro te regañará…El miedo no es solo cuando nos asustamos con alguien o con algo y lo que tenemos que intentar es estar más veces felices, no pasar más miedo.
-Tienes toda la razón Kane estoy de acuerdo contigo y creo que te podré ayudar, pero tenemos que convencer a Fantasmal para que no asuste nunca más a nadie.
-¡Fantástico!
Y así Kane y Kedy, dos grandes amigos, consiguieron que Fantasmal no asustase nunca más a nadie y eso paso cuando Fantasmal conoció a Kane.
Y al final Kane y Kedy consiguieron lo que querían y Fantasmal y Kedy se hicieron amigos y en vez de asustar a la gente hacían cosas graciosas y por eso se hicieron muy famosos y aunque en Kedy se tuvo que ir de la Tierra para seguir su vida en su planeta y también se fue Fantasmal, Kane y él serían amigos por siempre jamás y en Kane nunca más volvería a tener miedo de los fantasmas y si alguna vez volviese a ver alguno sólo se reiría y se concentraría en ser feliz y hacer felices los demás.

Fin


"UN BEBÉ Y YO" (Por Eva Mengado, 2ºE)


Aquel día, estaba sola en casa, con la única compañía de los estudios. Estaba concentrada en aquella actividad de la que no me podía librar. De repente, noté que algo muy suave y peludo me tocaba el pie, miré debajo de la mesa y vi que era mi gata, dejé lo que estaba haciendo para acariciarla, cuando oí un llanto que venía de la calle. Fui sigilosamente hacia allí y con temor abrí la puerta. Delante de mí había una bola de tela blanca, la deshice y vi una cara redondita de un bebé. Lo cogí en brazos y lo entré en casa, porque en la calle hacía mucho frío. Lo llevé a mi habitación, porque yo tenía que seguir estudiando.
Pasaron dos horas, cuando por fin, llegaron mis padres y les enseñé el bebé.
- Papá, mamá. Había un bebé delante de la puerta y lo he entrado para que no se muera de frío.- Dije con un poco de preocupación.
- Tranquila, lo llevaremos al hospital y llamaremos a la policía.- Me contestó mi madre.
Yo afirmé con la cabeza mientras mi padre cogía el teléfono.
Pasaron dos días y yo me preguntaba que había sido del bebé, pero enseguida dejé de pensar en ello, porque mi gata Coliflor, estaba acariciándome los pies, como siempre, yo le devolvía la caricia. Estuvimos así un buen rato, hasta que sonó el teléfono. No había nadie en casa, así que no tenía más remedio que contestar yo. Descolgué, y al otro lado oí una voz de mujer, una voz cantarina y alegre, pero en ese momento era más bien lo contrario.
- ¿Hola? – pregunté - ¿Quién es? –
- Te la dejé en la puerta porque no la puedo cuidar –
- ¿Por qué no la lleva a un horfanato? –
- ¿Y por qué yo? –
- Porque tú eres – Hubo una pausa – Tú eres tú, nadie más –
En ese momento colgó y me dejó boquiabierta. ¿Quién era esa mujer? ¿Por qué yo, y el qué? Empezaron a aparecer las preguntas en mi mente. ¿Qué iba a hacer yo con un bebé? Solo tengo catorce años. No dudé, le dije e mi madre que iba a dar una vuelta, cogí el abrigo y salí en dirección a la estación de tren. Allí, cogí el que va al hospital y busqué un sitio para sentarme. Al cabo de diez minutos, salí, al igual que mucha más gente. Caminé unos quinientos metros por la acera. Y allí estaba, el hospital de San Sabino. Ya dentro, fui a la recepción.
- Hola, perdona – dije.
- ¿Sí? – Me contestó una chica con una bata blanca con una etiqueta que ponía Julia – Dime –
- ¿Sabes si ayer llegó un bebé que había sido abandonado delante de un portal de una casa? –
- Espera – Miró el ordenador que tenía delante – Sí, ayer, una niña a las 21:08 –
- ¿Puedo verla? –
- ¿Eres familiar? –
- No, pero soy la que la encontró –
- Entonces pasa –
Me dijo la dirección y subí las escaleras, intentando no parecer una histérica y disimulando los nervios, cosa que me costó mucho. Allí estaba, delante de un montón de bebés, pero no me costó nada encontrarla. Estaba profundamente dormida, con los ojos cerrados. Pasé un rato mirándola. Cuando miré el reloj, vi que era muy tarde, así que llamé a mi madre para que me viniera a buscar.
A la mañana siguiente me levanté, desayuné y llamé a mi mejor amiga Andra, para que viniera a mi casa a pasar un rato juntas.
- ¿Sí? – Dijo
- Hola. ¿Quieres venir a mi casa? –
- Vale –
- Nos vemos en un rato –
Colgué el teléfono y encendí la radio. En ese momento sonaba mi canción favorita y me puse a bailar.
- ¿Hola, Andrea? ¿Estás ahí? –
- ¡Hola! ¡Estoy en el salón! – Grité a mi amiga.
- ¡Ahora vengo! –
Nos pusimos las dos a bailar y cantar como locas. Pero como es normal, al poco rato estábamos agotadas y Andra me dijo:
- Que divertido… -
- Sí… Pero es agotador – Contesté resoplando.
- Lo siento, tengo que estudiar, mañana tengo el examen de Inglés –
- Bueno… Ha sido divertido… Nos vemos mañana –
- Chao –
- Chao –
Cerré la puerta y encendí la televisión para matar el tiempo. Cuando alguien tocó la puerta, abrí y era Andra que me dijo.
- Recuerda que mañana es la acampada –
- Vale –
- Chao –
Me pasé toda la tarde preparando la maleta.
¡Ding-Dong!
- Hola –
- Hola. ¿Preparada para una aventura? – Me dijo mi amiga.
- Por supuesto –
Subimos las dos al coche de Carmen, la madre de Andra, y nos dirigimos al punto de encuentro. Al llegar, montamos las tiendas de campaña y me fui a explorar. Se hizo de noche y aparecieron las estrellas en el cielo. Allí, me encontré con una niña de unos tres años con un vestido azul con lazos lilas. La niña me miró y me dijo:
- Un meteorito, un agujero y un planeta –
- ¿Qué es eso? –
- Un meteorito es una enorme piedra que… -
- No, no me refiero a eso, sino, porque lo dices –
- Porque me apetecía. Pero no sabes quién soy –
- No, la verdad –
- Soy el bebé al que rescataste –
- ¡No! – No me lo podía creer – No puede ser, ahora es como si tuvieras tres años y el bebé tenía meses –
- Eso es porque no soy real – Me sacó la lengua.
- No, pero… Sí, ay, no se… -
Cerré y abrí los ojos muchas veces seguidas, hasta que en una de ellas el paisaje cambió, dejó de ser un bosque y pasó a ser una habitación con una cuna y una cama muy grande en la que estaba tumbada.
- Hola, buenos días – Era una voz de hombre.
- ¿Hola? –
- ¿Cómo estás? –
- Muy bien – Contesté.
- ¿Sabes qué día es hoy? ¡Es tu cumple! –
Me levanté y vi que tenía unos treinta años y que estaba casada con un hombre muy guapo y que tenía una hija, la cual en ese momento me guiñó el ojo.

FIN


"LA AVENTURA DE LOS TRES JILGUEROS" (Por Patxo Uribe, 2ºF)

Había una vez tres jilgueros que eran muy amigos y siempre iban de un lado para otro juntos, al parque a buscar pan, al bosque a hablar con sus amigos el oso, la ardilla o el ciervo entre otros. También iban a la escuela que estaba situada encima del gran roble. Allí tenían muchos amigos y siempre se lo pasaban bien. Su tutor era Geraldino el búho y a veces le costaba no dormirse en la aula porque se pasaba toda la noche de caza. Hasta sus propios hijos le decían que se hiciera vegetariano para poder dormir a gusto de noche. Sin duda las dos materias favoritas de los jilgueros eran la música y la educación física. En la primera el canario Mario les enseñaba a trinar en sol o en mi menor y el profesor de educación física Rodolfo el águila era muy simpático y siempre jugaban a muchas cosas con el.
Un día que estaban aburridos, los tres jilgueros decidieron salir a jugar a la calle mientras su madre hacía la merienda. Los jilgueros dijeron: mamá, mamá ¿podemos ir a jugar a algún sitio mientras tu preparas la comida? La madre dijo: vale pero tener cuidado con los coches, con los extraños, etc. Bah lo típico de las madres que se preocupan por sus hijos. Pero ellos nunca hacían mucho caso a su madre, por ejemplo, cuando ellos estaban comiendo, ella les decía que comiesen con modales pero se lo tenía que repetir 500 veces hasta que le hicieran caso o cuando estaban en el parque ella les tenía que decir mil veces que se era hora de marcharse y hasta que no había un castigo no se iban nunca. Así que ellos tan tranquilos y sin ninguna preocupación más que la de encontrar a algún amigo con el que jugar.
Se fueron volando a muy baja altura, tanto que podían ver a dos metros las cabezas de las personas que acompañaban a sus hijos al parque y pasaban al lado de los grandes monumentos y edificios de la ciudad.
Pero cansados del parque se fueron hacía el bosque donde se encontraba la escuela. También por esas zonas había cosas muy peligrosas, como la zona de caza del señor cruel y británico Smith o la zona donde los jóvenes hacían las barbacoas. Los jóvenes solían ser muy imprudentes y era una zona donde se solían provocar muchos incendios.
Entonces fueron a visitar a su amiga la vaca y como estaba dormida, se aburrían mucho así que decidieron ir a jugar al “pilla pilla”. Para darle mas emoción decidieron no hacer caso a su madre y pasar la verja del señor Smith. Él era un hombre de mediana edad, muy gruñón y que siempre se estaba quejando de todo. Era bajito, encorvado, gordo y tenía los dientes muy feos y malformados y siempre que alguien o algo le molestaba sacaba su escopeta a pasear i de un tiro se lo cargaba.
Uno de los jilgueros se escondió en un jarrón de cerámica que tenía el señor Smith y sin querer lo tiró. El señor Smith que lo vio todo desde su ventana, rápidamente cogió su escopeta y se dirigió a matar al jilguero.
Todos sus amigos del bosque vieron lo que había pasado y decidieron ayudar a su amigo porque ellos también estaban hartos del señor Smith. Hicieron un plan para que el señor Smith se pegara un susto. Cuando perseguía al pobre jilguero los animales se escondieron dentro del bosque y cuando el jilguero se adentró en el bosque, todos los animales empezaron a hacer sonidos extraños. Cuando el señor Smith llegó a un claro de repente salieron el enorme oso y el lobo que eran los “jefes” del bosque y le persiguieron hasta que el señor Smith llegó a su casa. El pobre señor del miedo que tenía se olvidó de cerrar la puerta, así que los animales entraron en la casa. El hombre salió huyendo por la ventana y nunca más volvió a molestar a los animales. En cuanto a los jilgueros, prometieron escuchar más a su madre y no hablar con desconocidos.
Toda la familia de los jilgueros se volvieron muy educados y comieron bien, fueron muy aplicados y no molestaron ni entraron a sitios que no les pertenecían. Y vivieron felices para siempre
Este cuento tiene una moraleja: Haz caso siempre a tus padres o a las personas mayores que cuando te dicen algo, es porque saben muy bien de lo que están hablando.


FIN


"AMOR PROHIBIDO" (Por Nuria Pons Pons, 2º F)


Qué pasa cuando tu padre te ata a tus raíces, sin poder vivir tu propia vida, normalmente te rebelas, pero ¿en la edad media? ,que es donde se basa la historia es diferente, es casi obligatorio, hacerle caso a tu padre o si no tienes las posibilidades de que tu padre te pueda desterrar del reino, eso mismo me paso a mí, una princesa como tal, que por rebelarse ante su padre, sufrió el destierro.
Pero, no empezaré por ahí, ya que sería demasiado trágico, empezaré por el real principio, ahí va.

Era verano, los reyes de Inglaterra, veían nacer a su primogénita, y futura princesa de Inglaterra, aquella niña de ojos azules, fue llamada Philippa, en recuerdo de su difunta abuela y antigua reina del reino.
Su padre, Enrique III, se aseguró desde el principio del nacimiento, que contraería matrimonio con una familia real francesa, la cual tenían un hijo llamado Pierre, que tenía la misma edad que Philippa, pero este tema quedó en secreto, hasta que el rey, trajera a su futuro nuero a palacio, y Philippa fuese lo suficientemente mayor para casarse.

Y los años fueron pasando, y Philippa iba creciendo, cada día que pasaba, se volvía más culta, e inteligente, reservada. Todos en el pueblo la amaban, decían que era la hija y princesa perfecta para el rey.
Pero, no todo fue bien, su madre y reina de Inglaterra, Julie, se puso muy enferma, cuando ella solo tenía diez años, y cada día, Philippa iba a su habitación a hacerle siempre la misma pregunta:

-¿Mama, que haré, cuándo tú no estés? – Preguntaba Philippa, sentada junto a ella, en su lecho de muerte.
Y su madre, casi sin fuerzas, le contestaba:
-Sé valiente y lucha por lo que quieras hacer en tu vida y nunca dejes que nadie se interponga en tu camino. Es tu vida. – Le contestaba la madre con lágrimas en los ojos.
Hasta que llego el día de su muerte el mismo día que el cumpleaños de Philippa. Aquel día nadie pudo celebrar el cumpleaños de la princesa era el día de la muerte de la reina, y la mínima persona que hiciera alguna fiesta era colgada en medio de la plaza mayor del pueblo. Y por otra parte, el pobre rey, entró en una grave depresión, durante un par de años.

Cuando Philippa llego a los quince años, ya era toda una mujercita, le encantaba leer y escribir y una de sus asignaturas favoritas era la música, su padre siempre decía que a su madre también le gustaba mucho la música, tanto como a ella.
Philippa, tenía un profesor particular, que vivía a las afueras de palacio, que le enseñaba cada cosa que ella leía en un libro y no lo entendía.

Aquel profesor, tenía un hijo, llamado Peter, de la misma edad que Philippa; un día mientras el Profesor y Philippa daban la clase, Philippa asomó la cabeza por la ventana, y le vio. Peter, estaba paseando por el jardín de su madre, en un principio, Philippa, no le quiso decirle nada, pero luego pensó, que tal vez fuera un intruso, así que gritó:

-¡¡¡¡Guardias!!! coged a ese chico que está en el jardín de mi madre y traédmelo inmediatamente. – Dijo Philippa.

E inmediatamente, vio que los guardias cogían al chico, que le pareció que más o menos tenía su edad.

-Tú ¿Cómo te llamas?
-Peter, mi princesa.
-Hijo, ¿qué has hecho?- Dijo el profesor y padre del chico.
-¿Es su hijo? No lo sabía, soltadle afuera de palacio.- dijo Philippa.

Los guardias se fueron hacia fuera de la habitación de Philippa.

-¿Qué hacía, paseándose por el jardín?

-El chico, no sabe qué ser de mayor, y me suplica que me acompañe cuando voy a hacerle clase a usted, pero si le molesta que no vuelva más.

- No, no me molesta, de verdad. Hace mucho tiempo que no veo a nadie disfrutar así del jardín de mi madre.

-Entonces, si es así, muchas gracias, princesa – haciéndole una reverencia a Philippa.

Y siguieron haciendo la clase.

Cuando el profesor, terminó la clase, su hijo Peter, le preguntó:

-Papá, ¿Quién era esta chica que me gritaba?
-Era la princesa Philippa, te vio en el jardín de su madre y…
-¿No la habré molestado, verdad?
-No hijo, al contrario, se ha sorprendido de que alguien como tú le gustase tanto el jardín de su madre.
-A, vale. ¿Cómo se llama?
-Philippa, es la chica más inteligente y dulce que he conocido en toda mi vida.
-Bonito nombre para una princesa.
-Sí, ya lo creo.

Siguieron andando, hasta llegar a su casa, a las afueras de palacio.
Peter, esa noche, estuvo pensando en ella: Philippa, esa chica rubia de ojos azules, de un carácter atrevido, pero simpática y a la vez tranquila. Aquella noche pensó como hacerla suya.

Al día siguiente, Philippa, se levantó en su habitación; se sentía extraña: ¿Qué le pasaba?, tal vez fuera Peter que le atraía hacia él; no, no podía ser, ella se merecía algo mucho mejor, no podía ser él, o tal vez sí. Su padre no la perdonaría jamás, la desterraría de su tierra natal; no, no lo haría.
Peter, aquella mañana, suplicó a su padre que le llevase con él, y que hiciera la clase con él y la princesa.

-No hijo, no te puedo llevar, el rey me mataría, dijo su padre.
-Pero por lo menos podré estar fuera y pensar…, dijo Peter.
-No sé, creo que no.
-Padre, entonces te acompañaré hasta la puerta.
-Entonces de acuerdo.

Y los dos, partieron hacia el castillo. Cuando llegaron al castillo, el padre se despidió de él; pero Peter, en vez de irse hacia su casa, se quedó fuera hasta que su padre hubiera desaparecido del todo hacia el interior del castillo.
Así que él, saltó el gran muro que separaba el pueblo del castillo, y se fue directamente hacia el jardín que daba a la habitación de Philippa.
Cuando llegó delante de la habitación de Philippa, y la vio allí, al lado de la ventana, con el pelo suelto y un vestido de seda de color rosa pálido, Peter sonrió, estaba preciosa. Cogió un clavel de color blanco y se la escondió detrás de él, y con mucha valentía gritó:

-¡Philippa!- gritó con todas sus fuerzas.

No hubo respuesta.

-¡Philippa!, volvió a gritar.
-¿Quién me llama?, ¡Oh, eres tú!, dijo al ver a Peter.
-Si…- tímidamente.
-Tu padre me ha hablado sobre ti.- dijo ella sonriendo.
-Seguro que todo es cosa buena -se rió-, creo.
-Más o menos hay cosas que…- dijo ella.
-Que, qué, ¿te ha dicho algo sobre mí, y...?
-¿Y quién?, dijo ella atacando.
-Nada, déjalo. –dijo él.

Hubo un silencio entre los dos, y Philippa preguntó,

-¿Me preguntaba por qué te gusta tanto el jardín de tu madre?
-Me tranquiliza, nada más,…
-Ven, sube a mi habitación, si quieres.
-No, mi padre está ahí dentro, no quiero que me vea, me mataría.
-Lo entiendo, mi padre no me deja tener vida social, desde que murió mi madre…
-Me preguntaba… ¿Cuál es tu flor preferida?
-Ahora mismo es el clavel blanco, es como la esperanza en un túnel oscuro.
-Entonces te gustará mucho este regalo…
-¡Qué considerado!, pero tú estás abajo y yo estoy aquí arriba.
-Tal vez, si me permites invitarte esta noche a un paseo, te daría tu preciada flor.
-No sé qué decir…
-Si no quieres, no pasa nada, lo entenderé, Philippa.
-Creo que sí, pero no sé cómo voy a salir de aquí, estoy encerrada.
-No te preocupes, ¿hay algún sitio suficientemente privado y grande en el castillo sin que te vea tu padre?
-Sí, el jardín de tu abuelo, está un poco solitario.
-Entonces, a las doce en punto en el jardín.
-Allí me veras, hasta entonces.

Peter, susurró para sí mismo: adiós querida amada.
Peter, se marchó, y Philippa se quedó mirándole, y justo cuando Peter se giró vio que llevaba un clavel blanco detrás. Pensó que era buen chico, pero no podía haber nada entre ellos. Era un amor prohibido. Nunca funcionan, siempre terminan mal, y con una pelea familiar y nunca más te vuelves a hablar con ellos.

Por eso, Philippa, se prometió a ella misma, que en ninguno de los casos, tendría la tentación de besar a Peter, pero nunca digas jamás.
Así, llegaron las doce, Philippa se puso un vestido azul claro, con el pelo suelto y un broche que le sujetaba el flequillo. Por otra parte, Peter, se puso la misma ropa, ya que en su familia no eran muy ricos.

Allí estaban los dos sentados en un banco de piedra, sin decirse nada, uno al lado del otro, hasta que Peter, haciéndose el caballero, le dio a Philippa el regalo que le había prometido: su preciado clavel blanco. Ella la olió, y Peter dijo:

-Estás preciosa… - tímidamente-
-Gracias, por el comentario tan caballeroso, mirándole a los ojos.

Philippa, miró sus preciosos ojos marrones, y allí se cruzaron sus miradas por unos segundos, y siguieron hablando:

-Philippa…
-¿Qué?
-Quiero decirte…
-¿Qué quieres decirme Peter?

Peter cogió aire.

-Philippa, desde el primer momento en que te vi, me enamoré perdidamente de ti, pero sé que no podrá ser, ya que tú eres de la realeza y yo un plebeyo.
-Peter…-volvió a mirarle a los ojos- No me digas eso, mi padre me matará…
-Yo te quiero, y no puedo dejarlo así como así.
-Peter, déjalo ya.
-Sólo dime una cosa, ¿tú me quieres?
-Yo…, no sé qué decirte, me atraes hacia ti.

Y, luego, se miraron a los ojos el uno con el otro; Peter le cogió de la mano, y ella, sin miedo, le cogió acercando su labio hacia él, y Peter y Philippa, cogieron aire tranquilamente, y se besaron por unos minutos.
-Pero…-dijo Philippa.
-Te quiero, dijo Peter, besando a Philippa.
-Peter, no podemos seguir así, mi padre es el rey, te matará como se entere de esto.
-No te preocupes, lo superaré.

Así fue, como durante un par de meses, Philippa y Peter, siguieron con su relación, hasta que llegó el día del cumpleaños de Philippa:

-Hija, dijo el rey, prepárate para tu gran entrada.
-Si padre, ahora voy.

El rey había invitado a todas las cases reales de la zona, y como invitado especial del rey, al futuro marido de Philippa: Pierre.

Cuando Philippa, bajó por la gran escalera, que bajaba directamente hacia la gran sala donde se celebraba el banquete, vio que su padre estaba esperándola abajo acompañado de un chico, más o menos de su edad:

-Hija, te quiero presentar a Pierre Monteau, será, por petición de tu madre y mía, tu futuro marido. Os casaréis de aquí a una semana.
- ¿Qué has dicho, papá?
-Que este es tu nuevo marido, seréis marido y mujer.
-¿Y si no quiero casarme con él?
- Hija, aquí no por favor.
-Sí padre, aquí sí, me tienes encerrada aquí y me pides que me case con este forastero. No, no quiero.
-Mejor no te contesto. Al menos conócelo, un poco y ya verás tú como te enamoras.
- ¿Por qué no te enamoras tú de él?
- Lo conocerás y punto.
Philippa, volvió a subir la escalera, y entró llorando a su habitación.
Al día siguiente, Philippa, había quedado con Peter; ella con lágrimas en los ojos se lo conto todo, sobre el tal Pierre Monteau:
-Tal vez, sea ya la hora de dejar nuestra relación, sabes que te quiero mucho, pero no me puedo atreverme a ir a ver a tu padre y explicarle todo esto, me mataría. –Dijo Peter abrazando a Philippa, disgustada.
- Yo te quiero, quiero hacer el resto de mi vida contigo, si es necesario me voy de aquí y no vuelvo jamás.
-No digas estas tonterías, es tu padre, no le dejes solo.
- Mi madre, me dijo una vez, que luchara por lo que quería, y no lo estoy haciendo. Tengo que luchar. Es mi vida.

Se besaron.

-Iré a hablar con él ahora mismo, adiós, luego nos vemos. – Dijo Philippa.
-Cuidado con lo que dices, te quiero.

Philippa, llegó ante su padre:

-¡Papá!
-¿Qué quieres cariño?
- Te quiero decir una cosa.
-Dime
-No me quiero casar con Pierre
-Hija, ya lo hablamos, lo harás y ya está.
-Me he liado con un chico del pueblo que tú no conoces y le quiero a él, si es necesario me iré del reino, y no me volverás a ver en tu vida.
-¿Qué ME HAS DICHO?
-Que me he liado con un plebeyo.
-Como no me lo has dicho. ¡GUARDIAS! – Vinieron dos guardias- Cogedla.
-No te lo he dicho, porque sabía que te pondrías furioso.
- ¿Quién es?
- No te lo diré.
-Te digo que me obedezcas.
- No te diré nada.
-Sufrirás el destierro, si es necesario.
-Padre, quiero vivir el resto de mi vida con él, ¿Por qué no lo aceptas?
-Es un plebeyo, las normas no son estas, tu abuelo las fundó y las incumples.
-Padre, acaso me has preguntado alguna vez si realmente quería casarme con Pierre.
-No, es tu obligación, no puedes elegir con quién quieres contraer matrimonio.
-Padre, madre, me dijo que viviera mi vida y que nadie se interpusiera en ella.
-No quiero oírte, quedas oficialmente relevada de ser próxima reina y ya no te quiero ver en mi vida, te destierro a ti y a tu amante del reino.
-Padre…
-Vete.

Philippa, cogió un baúl, lleno de ropa, y un carruaje y se fue hacia las afueras de palacio a buscar a Peter, que en un principio, no hizo nada y al siguiente ya habían partido hacia una nueva vida.
Viajaron durante meses, y al final se instalaron en Inglaterra del norte, donde, durante el viaje para encontrar un sitio donde vivir, Philippa, se quedó embarazada; y tuvieron una niña que fue llamada: Isabelle. Y vivieron felices para siempre.

Por otra parte, el padre, murió solo en el palacio, y nadie le quiso relevar y se acabó esa familia real inglesa, para siempre.

FIN



"EL PRIMER VIAJE ESPACIAL" (Por Pau Cardona, 2º E)


En la agencia estadounidense llamada NASA, el 21 de septiembre de 1953, Cliff Mcroe, estuvo toda la noche pensando en como, por fin, llegar a la luna. Tenían toda la estructura i la inmensidad de la nave, pero les faltaban los propulsores, máquinas de oxígeno, antigravedad... Entonces, Cliff tuvo la idea brillante, inventó unos propulsores de fuego inmensos, también una máquina para no flotar en la nave y tener oxigeno durante todo el recorrido.
Al día siguiente, propuso la idea a los comandantes de la empresa, ellos se sorprendieron y dijeron que podrían probar de montarlo.
Durante todo el día, los empleados se concentraron en esa nave, Apolo 11.
Los ingenieros solucionando los problemas de volumen, los mecánicos levantando piezas y inmensas tuercas.

Finalmente, el 18 de enero del año siguiente, tuvieron los equipos de oxigeno y gravedad listos, les faltaba poco para despegar... Al día siguiente, Cliff volvió a solucionarlo, diseño unos propulsores a medida. Todo estuvo listo el 10 de febrero de ese año.
Cliff sería el diseñador de la primera nave espacial, y quizás, el primer diseñador con éxito.

Día 12 de julio el primer lanzamiento estaba a punto de hacerse realidad, sacaron el cohete y lo pusieron junto a la lanzadera, cuando llegó el presidente del gobierno estadounidense y dijo que tenían que inaugurarlo todo.
Pasaron diez días y al fin llegó, todo el país podría ver el cohete por dentro antes de despegar. Dos horas más tarde, ya de noche, todos están preparados para ver un gran despegue.

Las luces del cohete se encendieron, entre el público pasaron las cuatro primeras personas que iban a salir del planeta; entre ellas estaba Cliff, el gran ingeniero que había experimentado la mejor máquina del planeta en ese tiempo.

Aplaudidos, entraron en la nave y se encerraron en ella, la cuenta atrás llegó, se encendieron los motores, cada piloto en su posición más adecuada... 4.....3.....2....1..... Los propulsores se encendieron de una manera exageradísima, las personas quedaron casi intoxicadas, pero lo importante es que el despegue fue exitoso.

Aún sin haber salido de la Tierra, los cuatro pasajeros celebran su gran actuación delante de toda América.

- Cliff: ¡ Si, lo hemos conseguido! ¡Por fin, somos los mejores!
- Comando: Si, lo sois, desde abajo a sido lo más espectacular visto nunca.
- Cliff: Ahora, ¡a salir del planeta!
- Comando: Avisadnos cómo ha ido.

Faltaban únicamente menos de 2 km para llegar a las inmensas capas que cubren la Tierra cuando Cliff empezó a hacer cálculos de superdotado... Calculaba si algún equipo se estropearía por las turbulencias o si los propulsores tenían que tener más o menos potencia de la normal.

Finalmente, todo quedó igual menos los propulsores, los tuvieron que poner a más potencia para cruzar rápidamente la zona peligrosa.

- Tripulantes: ¡Sii! ¡Lo hemos conseguido! ¡Somos los primeros!
- Comando: ¡Enhorabuena! Sois los mejores del Mundo! Lo hemos conseguido.

Al salir del planeta, todos ya estaban calculando lo necesario para aterrizar en la Luna, la cosa más difícil de toda la aventura.

- ¿Cómo pensáis aterrizar en un sitio mayoritariamente desconocido?
- Pues calculando la superficie más plana, la gravedad...
- Estoy a favor de no aterrizar.

La Luna ya se podía observar de cerca, era la mejor imagen vista nunca por un humano. Al final se decidieron por aterrizar.

- Ya estamos en la Luna, vamos a aterrizar.
- Okay, mucha suerte a todos, os recomiendo que uno se quede cerca de la nave.

Cuando ya estaban realizando la maniobra de aterrizaje, unas inmensas turbulencias sacudieron la visible Luna. No se estaba quieta. Era imposible aterrizar ahí. Decidieron dar una vuelta a su alrededor y descubrieron el volumen real del espacio, o no había final, o era invisible.

Al aterrizar en la superficie lunar, vieron que el combustible que les quedaba era escaso, por eso apagaron motores y dieron un vuelco por un sitio jamás visto. La gravedad les impedía caminar rápidamente.

Volvieron a la nave y prepararon los propulsores en ahorro de energía, no les quedaba casi.
- Estamos escasos en combustible
- Ponedlo en ahorro y volved por gravedad.
- Lo estamos haciendo, adiós, ya nos veremos en la Tierra.

Se encendieron los motores y despegaron con los propulsores a máxima potencia, después se pusieron a una muy baja potencia, y volvieron con la ayuda de la gravedad.
Ya en las capas, la nave acaba sus refuerzos de energía, va bajando por peso.
- Atención, preparamos aterrizaje forzoso.
- Muy bien, a ver como lo hacéis...
Ya se divisaba la base de aterrizaje bajando a una velocidad increíble, cuando de pronto, se abrieron unos paracaídas de la nave. Disminuyendo la velocidad y dando mayor ángulo de aterrizaje a la nave.
Fue el mejor viaje y aterrizaje visto nunca en la historia...

Llegaron a las 00:02 del 30 de julio, fue una celebración por todo lo alto, una macro fiesta.

FIN



"LA INCREÍBLE HISTORIA DE MARK" (Por Sara Giménez, 2ºF)


Mi vida cambió por completo cuando vi aquel amerizaje.
De golpe. En un segundo.
Por un momento pensé que había sido un avión que había caído al agua y salí corriendo casi instintivamente hacia la playa.

Era muy tarde, casi las once. Yo estaba en la cama, sentada, contemplando el mar por la ventana. Hacía mucho frío, tanto, que al salir a la calle, noté un cosquilleo por todo el cuerpo. Era un cosquilleo helado, así que quien estuviera en el agua a esa hora lo pasaría fatal. Tenía que sacar a aquel que había caído al agua, si es que había sobrevivido al impacto de la avioneta contra el mar.

Corrí hasta las rocas que se encontraban un poco más lejos del viejo embarcadero. Estas se adentraban un poco en el mar y de esta manera podría acercarme al avión sin necesidad de mojarme.
Seguramente quien me hubiera visto allí, trepando por las rocas a las once de la noche, pensaría que soy una descerebrada. Pero tenia claro que no podía dejar que ocurriera lo mismo.

Cuando era pequeña, mis padres tuvieron un accidente. Iban en un avión que se dirigía a México. Yo me había quedado en casa de la abuela, ya que ellos iban de vacaciones. Empezaron a haber turbulencias en el avión pero nadie se alteró, seguramente sería el viento.
Pero fue algo más que el viento; se habían quedado sin motores. El avión cayó en picado en medio del océano.
Esas aguas estarían congeladas y los pasajeros no tardaron en morir helados. Solo sobrevivieron 3 pasajeros y el piloto que fue el que contó todo esto a la prensa.
Al recordarlo casi se me saltan las lagrimas. “Eva, ya hace mucho tiempo, no empieces otra vez.” me dije.

Pero algo me hizo volver a la realidad. Había alguien pataleando en el agua apunto de ahogarse. Tenía que ayudarlo como fuese.
Casi sin pensarlo salté y nade a toda prisa hasta él. Era un niño pequeño, de unos 7 años más o menos. Lo agarré de la chaqueta, a una distancia prudente para que no pudiera agarrarse a mí y ahogarme.
Nadé hacia la costa arrastrando con el niño que cada vez se movía menos. Yo lo movía de vez en cuando para que no se enfriara mucho.
Al final llegamos a la playa y lo arrastré hasta la arena. No pude evitar echarme al suelo. Estaba exhausta.
Cuando me recuperé un poco me acerqué a él. Aun respiraba.

De repente oí el sonido de una sirena y de algunos coches. Poco después estaba toda la playa llena de gente. Unos cuantos policías nos rodeaban al niño y a mí. Unos señores me apartaron sin mucha dificultad y subieron al niño a una camilla. En seguida lo levantaron y lo subieron a una ambulancia.
No podía ver mucho entre toda aquella multitud. Solo vi a mi abuela corriendo hacia mi haciéndose paso entre la gente. Se habría despertado con todo aquel alboroto:

-¡Eva! ¿Qué te ha pasado?
- A mi nada abuela. Una avioneta cayó al agua y vi a aquel niño apunto de ahogarse... - mientras hablaba unos periodistas me enfocaban con los micrófonos.
-¿Cómo se encuentra?- me atreví a preguntar.
- Parece que está mejor, pero por si acaso, se lo han llevado al hospital, contestó mi abuela intentando parecer tranquila, aunque noté que estaba inquieta.

De repente, una joven reportera, se hizo paso entre los demás periodistas hasta quedar enfrente nuestro.

-¿Había alguien más en la avioneta a parte del niño?- preguntó curiosa.
- Yo no vi a nadie,- contesté un poco asustada- pero seguramente había alguien más, el niño era muy pequeño.
- Vámonos ya a casa, cariño- susurró mi abuela- es muy tarde.

Le di la mano y nos marchamos de allí como pudimos.
Había sido una noche muy emocionante.


A la mañana siguiente, me desperté muy pronto y le dejé una nota a mi abuela para que supiese que había ido al hospital en bicicleta.
Llegué lo más rápido que pude y enseguida encontré la habitación del niño que había tenido el accidente.
Dos enfermeras le estaban dando la comida y el parecía no haber comido en muchas semanas, ya que lo devoraba todo.
Cuando las enfermeras se fueron, yo entré. Él primero me miró un poco asustado pero luego siguió comiendo.

- ¿Te acuerdas de mi?- le pregunté

Él me miró como si no comprendiera. Quizá no era del país. Tenía rasgos africanos pero también un poco europeos. Iba a intentar volver hablar pero en ese momento entraron un señor y un joven por la puerta.

- ¡Mark, Ikuan salgiia Kuampla!- gritó el hombre

No se que idioma hablaría, pero por su tono de voz parecía que estaba bastante enfadado con el niño (al que él había llamado Mark). Este estaba bastante asustado y había parado de comer.

- Hola – me atreví a decir finalmente- Su hijo tuvo un accidente anoche, por eso está aquí

- Mark no ser hijo mío- me contestó con un acento extranjero- yo ser su capitán

- Hola- esta vez el que hablaba era el joven- yo soy Jack y el es Kritt. Somos militares en Somalia, y Mark entrenaba con nosotros, como soldado.

Jack si que hablaba bien el idioma. A diferencia de Mark y Kritt, él era rubio y tenía los ojos de un verde claro. Los tres estaban muy delgados y desaliñados, no comerían muy bien en el ejército.

- Nos vamos, yo volver por Mark a siete. Tu estar preparado, Mark. – ordenó Kritt

Y los dos se marcharon.

Yo volví a casa. Estaba bastante sorprendida.
Lo que más me chocaba era que era muy extraño que en el mismo campo de militares entrenasen tanto niños como adultos.
Entonces, nada más llegar a mi casa me puse a buscar información en Internet.
Ponía que la mayoría de soldados del país eran niños, y que los usaban para las guerras o para los trabajos más duros que los adultos no querían o no podían hacer. Era explotación infantil.
Lo que no me cuadraba era que pintaba Jack ahí.
Kritt podía ser el militar que mandaba a los niños lo que debían hacer y Mark un niño soldado. Pero Jack ya era suficientemente mayor como para poder defenderse por si mismo y no ser un niño soldado y tampoco cabría por los agujeros construidos para ellos. Y tampoco podía ser un militar, ya que era demasiado joven y solo hubiese podido serlo siendo hijo del militar jefe. Y estaba clarísimo que Kritt y Jack no eran familia.
Era un caso bastante extraño.

Entonces, un poco antes de las siete volví al hospital. E intenté volver a hablar con Mark.

- Mark, ¿de dónde eres? Mark por favor ¡Contéstame!

- África
Tenía una voz suave, pero un poco asustada. Hablaba muy flojito.
- ¿Pero de que parte de África?

- Etiopía
Otra cosa que no cuadraba. ¿No habían dicho Jack y Kritt que eran de Somalia?
Y entonces llegó Jack, él solo.

- Hola Mark, hola...

- Eva

- Hola Eva.

- ¿Dónde está Kritt?

- Ahora vendrá, se ha retrasado un poco

- He buscado en Internet. Es un niño soldado ¿verdad?

- Mira Eva, te agradezco que salvaras a Mark ¿vale? Pero ahora ya no pintas nada aquí. Deja de meterte en cosas que no tienen nada que ver contigo.

- ¡Es que es muy cruel que obliguéis a trabajar a niños que ni siquiera han cumplido los diez años!

- ¿! Quieres callarte!? Nadie te ha dicho que estemos haciendo nada ilegal con los niños, así que mejor te callas y no comentes esto delante de Kritt porque te puedes meter en un buen lío.

Se me hacía extraño ver a Jack tan enfadado. Al principio me había parecido un chaval incapaz de hacerle daño a una mosca pero ahora resultaba tener mucho genio.
Yo iba a replicar, pero en ese momento entró Kritt y Jack me hizo un gesto para que me callase.

- ¿Ya estar tú aquí otra vez?

- Han dicho que Mark no puede salir tan pronto del hospital, está muy débil

- Caramba, nosotros tener mala suerte, ¿eh Jack? No importa, ya vendremos mañana.

En cuanto se fueron yo fui a la biblioteca. En unos libros que encontré ponía que lo de los niños soldados no estaba perseguido por la ley. Entonces me desilusioné bastante porque no podría hacer nada por Mark. Pero más adelante leí que había algunos militares que aparte los maltrataban y abusaban de ellos. Esto ya me pareció más serio y fui corriendo a casa a contárselo todo a mi abuela, para saber que podría hacer.
Ella parecía muy sorprendida por mi historia, y no intentó quitarle importancia, como hubiese hecho cualquier otro adulto. Ella me escuchó atentamente hasta que terminé de hablar.

- Los niños pueden trabajar para los mayores en esos países, pero estos no pueden maltratarlos, por que entonces sería un delito.

- ¿Y como podemos saber si los maltratan o no?

- Mañana iremos al hospital las dos, y observaremos como tratan al niño. Y lo del joven ese ya descubriremos que hace allí. Si las cosas se ponen feas, daremos parte a la policía.

Entramos en la habitación de Mark al día siguiente y con horror comprobamos que él ya no estaba allí.

- No puede ser, ¡Si dijeron que vendrían más tarde a por él!

- Probablemente sospechan algo de ti y han decidido llevárselo antes de que llegaras. Si tienen miedo es porque si que están haciendo algo ilegal.

- ¿Avisamos a la policía entonces?

- No, cariño. No deben andar muy lejos. Ven, sígueme.

En efecto, no habían llegado muy lejos ya que Mark todavía no podía caminar bien y lo tenían que llevar en brazos y porque tampoco conocían bien la ciudad y no sabían donde ir.

- Esta bien – dijo mi abuela de repente, cuando los encontramos en un callejón- ¿nos vais a explicar de que trata esto? ¿Hace falta que avisemos a la policía?

- Yo no conocer ustedes, ¿Por qué meter en mi vida?

- Porque no se si lo sabe, pero yo antes de jubilarme era policía, especializada en el abuso infantil. Se que en su país los niños soldados no son un delito, pero el maltrato si.- dijo mi abuela sorprendiéndonos a todos.

Hacía como 15 años que se había ido del cuerpo de policías y ahora era una simple anciana, prácticamente incapaz de defenderse a si misma.

- No puede demostrar nada, usted no saber nada y policía no va a creer.

- ¡Eva! ¡Te dije que no dijeses nada! – exclamó Jack – No aviséis a la policía, por lo que más queráis. Nos iremos y no diremos nada.

- No es simplemente eso- repliqué yo- ¿Qué hacéis aquí, para empezar?

- Mark iba en una avioneta hacia Somalia, fallaría algo y se estrelló.

- Por lo que me ha informado mi nieta, él es de Etiopía, no de Somalia.

- Lo secuestramos de allí cuando tenía apenas tres años- contestó Kritt con la cabeza baja.

En ese momento apareció la policía y bloquearon las salidas del callejón.

- ¡Como habéis podido delatarnos! – exclamó Kritt

Parecía realmente preocupado pero Jack no, Jack parecía más bien desilusionado.

- ¡Manos arriba todo el mundo!- exclamó un policía entrando en el callejón - ¿Jack? ¿Que haces aquí?

Todos nos quedamos mirando a Jack muy sorprendidos. ¿Lo conocía ya la policía? Kritt no daba crédito a lo que veía. ¿Acaso lo había traicionado su compañero? Él simplemente lo había aceptado en el campamento porque había jurado tener innovaciones para mejorar el campo de militares y para que la policía no descubriera nunca lo que tenían allí montado en realidad. Poco a poco le había ido contando a Jack todos sus secretos, había confiado en él, y ahora este lo había traicionado y vendido a la policía.

- He estado investigando, coronel Sanz. – contestó Jack con voz sumisa- Yo y unos compañeros infiltrados en su campamento de Somalia, hemos descubierto que no solo explotan y maltratan a menores, sino que los usan para llevar cosas robadas a otros países para venderlas, de contrabando.

- ¿Cómo? – exclamé confusa- ¿eres un policía? ¿Y entonces porqué estabas tan empeñado en que no los avisara?

- Porque si la policía intervenía demasiado pronto, Kritt podía descubrirnos y volver a Somalia a tiempo, donde ya no podríamos hacer nada

Kritt se había sentado con la espalda apoyada a la pared y la cara entre las manos. Lo habían pillado. Todo había acabado.

- Y- continuó Jack- si Eva no hubiese sacado a Mark pronto del agua, yo no hubiese tenido tiempo de tirarme al agua salvarlo, y luego ir a buscar otra vez al mar las cosas que había dentro de la avioneta antes de que se hundieran. Como ya lo salvó ella y entretuvo a la prensa, yo pude tirarme enseguida al mar y encontrar todas las ollas de oro y demás cacharros para tener pruebas. Mire, aquí están.

Sacó de su mochila unas cuantas piezas de porcelana y oro y se las entregó al coronel Sanz.

- Muy bien- comenzó el coronel- me temo que son ya muchas pruebas para comprobar que lo que dice Jack es cierto. Gracias por todo Jack y Eva. Ahora por favor chicos, arrestadle. Yo me encargaré de que cojan a todos sus compinches Somalíes.

Unos cuantos policías cogieron a Kritt, le esposaron y lo metieron en el coche. El coronel se despidió y marchó con los demás.

- Bueno- dijo Jack- No se que hubiese hecho sin vosotras, así que gracias por todo. Ahora voy a llevar a Mark al hospital, que todavía no está recuperado del todo. Adiós.

Nos despedimos de él y mi abuela y yo volvimos abrazadas a casa. Nos sentíamos verdaderas heroínas.

FIN

"LA BIBLIOTECA PERDIDA" (Por Abril Reynés, 2ºE)

Salí del coche sin saber muy bien qué hacer, ¿entraba en mi nueva casa o no? había estado ya tanto tiempo en el orfanato… Que no distinguía nada. Conté mis años, ahora mismo tenía 13, así que hacia… 12 años que estaba en el orfanato. Ya no sabía como era vivir en una casa, ya había pasado tanto tiempo…
Borré los pensamientos de mi cabeza y empecé a caminar hacia la gigante puerta, llegué allí, la puerta se alzaba delante de mí como un gigante, era de color marrón sucio, me fijé en que tenía una enorme cerradura y arriba dos gnomos que me miraban con mala cara.
Vi que había una extraña cuerda, parecía el timbre, dude un instante, pero después lo estire hacia abajo, emitió un sonido como una pequeña campana, y de repente la puerta se abrió delante de mis ojos.

Entre en esa extraña casa, mire alrededor, había un camino de piedras y al lado unos cuantos gnomos otra vez, me acerqué y de repente vi que alguien venía corriendo hacia mi, me hizo tanto miedo, ya que yo era cobarde, que me desmayé.

Me desperté y al principio lo vi todo borroso, no sabia que hacer, me mire mejor, estaba tendida en un lecho y una señora mayor me miraba.
-¡Al fin niña! –me dijo-.
-Quien..¿Quien eres? –le pregunté-.
-Yo soy la criada de los Señores Magac’s
-A… ¿donde están ellos? –pregunté intrigada, tenía que conocer a mi nueva familia.
-Ahora vienen…
Al cabo de un rato vi que venían una Señora y un Señor muy bien plantados.
-Hola Emily –me dijeron-.
-Hola… -dije con timidez-.
- Nosotros somos los señores Magac’s.
Asentí.
-Esperamos que te lo pases muy bien aquí y que puedas aprender mucho. Tenemos dos hijos, uno de tu misma edad, y otro de dos años más grande. Seguro que te llevarás muy bien con ellos. Son muy simpáticos y adorables.
- Como tú –dijo la mujer, dejando que el hombre hablara.
Después me empezaron a hablar de cosas y mas cosas, yo solo asentía con la cabeza, estaba horrorizada, se me cerraban los ojos, cuando paré de oír voces me llevaron a mi habitación y me dormí. Ellos ya se habían ido.

Ya era de noche cuando me desperté, no tenía sueño, sin saber que hacer me levanté de la cama y empecé a caminar a oscuras, vi que en un rincón de mi habitación había una pequeña puerta.
-¿Entro o no entro?- me dije a mi misma.
Al final decidí entrar, me caí al suelo con lo que vi, era una habitación llena de libros antiguos, una biblioteca antigua.
Al principio no supe que hacer, pero después cogí un libro que se llamaba Guardianes y empecé a leer como una loca, era muy interesante, hablaba de unas tres personas que tenían que hacer de Guardianas del Cielo, el Infierno y el Mar, narraba todas sus aventuras… Al cabo de un rato decidí leer otro nuevo, ya me había aburrido un poco, cogí uno que estaba lleno de polvo y lo abrí, una luz me cegó por completo, provenía del libro. Al cabo de un rato cuando mis ojos se acostumbraron y puede ver un mapa, estaba muy arrugada y el papel era marrón, solo había una X roja y una V verde. ¿Qué significaría?
- Que raro… -dije.
Pasé a la siguiente página, y lo que vi me dejó estupefacta, estaba llena de inscripciones basadas en signos extraños, entre letra egipcia y china, se podía ver en algunos sitios de la página la X y la V, eso debía significar que hablaba sobre el mapa, pero si no entendía nada era imposible averiguarlo.
Me pasé toda la noche intentan descifrarlo, y al final solo me enteré que la X roja era buena y la V era mala. ¿Pero mala sobre que? Todo eran preguntas y ninguna respuesta.

De repente toda la estancia se puso negra, y una tierra redonda se proyectó en la pared, se movía a velocidad de miedo, y después se paró.
Se fue a la parte más meridional del planeta, y allí mostró una niña que estaba perdida en el bosque.
Me fijé muy bien.
Era una niña pequeña de pelo negro liso y corto, ojos azules, labios delgados. Y estaba muy delgada. Sus ropas parecían estar rajadas y muy sucias.
Me volvía a fijar en su cara.
Y un ataque de pánico se formó dentro de mi. Era yo. Antes de llegar a esta casa.
Casi me desmayé, pero de repente me desperté en la cama donde me había quedado dormida en esa extraña casa, mire a todos lados, pero la puerta ya no estaba, solo quedaba un poco de escayola en el suelo y nada más.
Todo había desaparecido.
Podía haber sido un sueño, pero yo sabía que no, que eso era demasiado real. Y que tendría que investigar para saber qué había pasado y cómo.
Aunque no comenté con nadie mi aventura, cada noche iba y me miraba el mapa, la proyección y las letras indescifrables.
No descansaría hasta descubrirlo.

FIN


"EN BUSCA DEL BRAZALETE" (Por Abril Sánchez, 2ºE)

Riiingg!!!!!!

Carla estaba llegando otra vez tarde al instituto. Era un día normal de verano, caluroso y como siempre aburrido para ella; nunca encontraba nada suficientemente divertido. Pero puede que justo, aquél martes de verano, no sería como ella se lo esperaba.

Entró a clase, (10 minutos tarde), el profesor estaba arto de que nunca llegara a su clase en hora, y le mandó al aula de castigados. Puede que aquél castigo fuera el mejor de su vida.

Era un aula pequeña, no tenía mucha luz, y sólo había cuatro mesas pequeñas y una grande para el profesor.

El profesor le dio una carta que le había dado otra persona, para Carla.

En aquella carta de papel antiguo, arrugada, decía que a la salida le esperaría un coche para llevarla a un lugar muy especial.

A la salida se dio cuenta que no le habían dicho que tipo de coche era; ¿cómo quería que adivinara el coche, si estaba en un parking atestado de vehículos?

Se encontró con Tomás, el chico más guapo del instituto, (según Carla).Casi no podía hablar. Tomás le dijo a Carla que estaba esperando a un coche, y Carla le dijo lo mismo. Les pareció un poco sospechoso. De repente, pasó una bicicleta my rápida, y les tiró un pergamino. Intrigados, los dos a la vez intentaron coger el pergamino, siendo Carla más rápida de reflejos. Lo abrieron con cierto nerviosismo, en el pergamino estaba dibujado un mapa que a simple vista era ilegible. Los dos se miraron fijamente, y sin cruzarse palabra, desaparecieron del instituto con rumbo desconocido.

Llegaron a un bosque, era de noche y a lo lejos, pudieron ver luces, como si fueran de un pueblo. Tardaron casi dos horas en llegar. El pueblo parecía muy antiguo, debido a dos grandes portones de madera carcomida que flanqueaban la entrada, con un grabado en cada uno de ellos, que semejaban un sextante y un astrolabio náutico, posiblemente en honor del pasado marinero de algún ilustre ciudadano de este pueblo.

Con cierto temor, Carla y Tomás empujaron uno de los portones que ponía empujar, se escuchaba música, gente riendo, niños gritando alrededor de una gran hoguera, donde los hombres bebían y hablaban, mientras que las mujeres cocinaban un guiso, que olía de maravilla.

Todo parecía muy, pero que muy antiguo, como si estuvieran en otra época; una anciana se le acercó y les dijo que para que en el mundo no ocurriese una catástrofe debían encontrar el brazalete del sagrado Dios de la guerra. A Carla le dio una brújula y a Tomás un arco con flechas para poderse defender. Carla no entendía nada de lo que le estaba diciendo, no entendía nada de lo que estaba pasando. La anciana les dijo que habían sido los elegidos, para completar esta misión.

Carla y Tomás pasaron la noche en casa de la anciana. Les dijo, que siempre tenían que estar alerta de todo lo que sucedía. Ella le explicó a Carla que la brújula que le había dado, siempre indicaba hacia el norte, donde estaba el brazalete, que se hallaba en un templo muy alto.

Por la mañana, cuando el sol salía por detrás de las montañas, la anciana les había preparado dos mochilas con un poco de comida y agua para unas jornadas de camino; antes de partir, les volvió a recordar que no se fiaran de las apariencias de las cosas y que estuviesen siempre alerta.

Estuvieron todo un largo y caluroso día caminando hacia el norte, sin desviarse ni un solo metro.

Tomás y Carla estaban muy cansados. Habían caminado por desiertos con temperaturas muy elevadas, bosques donde la luz casi no llegaba a causa de las altas copas de los árboles, habían atravesado ríos incluso varias montañas. Decidieron parar a dormir para el día siguiente poder levantarse temprano y caminar hasta poder encontrar su objetivo.

Caminaron días y días, sin encontrar el templo. Cuando Tomás y Carla empezaron a desesperarse porque no encontraban nada, vieron que a lo lejos había una construcción muy elevada, que para poder llegar, tenías que subir unas largas escaleras. Pero para llegar allí, tenías que atravesar otro bosque; a Carla y a Tomás les dio la sensación que no sería tan fácil atravesarlo.

Estaban a mitad de camino; sólo se escuchaba los pasos de ellos y nada más, ni un pájaro, ni una serpiente, ni el ruido de las hojas chocando a causa del viento. Les pareció muy extraño, Tomás sacó el arco por si acaso les pasaba algo, para poder defenderse. Iban caminando muy lentamente intentando hacer el mínimo ruido posible, pero todo aquél silencio se estropeó a causa del grito que realizó Carla, al caerse en un agujero tapado por hojas secas y hierba; menos mal que Tomás estaba muy atento y le pudo sujetar la mano; él estiró y al final Carla pudo salir del agujero. Carla miró la brújula por si se había roto, menos mal que sólo se hizo un arañazo, pero seguía marcando el norte.

Una vez pasado el bosque, se toparon con las gigantescas escaleras, que ahora parecían mucho más altas y anchas. Tardaron una hora entera en subirlas. Pero su sorpresa fue, que en lo que parecía ser la entrada, había una pequeña hendidura en una de las paredes; a Tomás se le ocurrió que podía ser la brújula, y en efecto, la brújula encajó perfectamente.

La pared empezó a girar y de repente en el centro del templo se encontraba el brazalete, Carla creyó que no podía ser tan fácil llegar hasta él. Así que decidió tirar unas cuantas piedras para poder comprobar que no había nada. Pero menos mal que Carla las tiró, porque aquello empezó a echar fuego, flechas…

Entraron y cogieron el brazalete, cuál no sería su sorpresa, que de repente el Dios de la guerra se les apareció allí delante. Tomás y Carla le dieron su brazalete, el Dios les dijo que les podía pedir cualquier cosa. Ellos decidieron que lo único que deseaban era poder volver a casa. El Dios les dio un GPS para que les ayudara a encontrar el camino correcto de vuelta a casa. Carla y Tomás se dieron un fuerte abrazo y emprendieron el retorno a su lejano hogar.

FIN



"¿MAYORES PEQUEÑAS?" (Por Clara Cabezas, 2ºE)

Aquel día las tres amigas se habían reunido, como era habitual, tenían trece años y eran inseparables. La primera se llamaba Lola, era muy guapa, tenía los cabellos lacios y sedosos, cortados por los hombros y un flequillo recto que le tapaba un poco los ojos, difíciles de describir, misteriosos o enigmáticos, enormes y de un marrón tan oscuro que se podría considerar negro. Era la más alta del grupo. Muy amable con la gente, le encantaba la astronomía, todo aquello que fueran estrellas y planetas le enamoraba, tenía hasta su propio telescopio y sus miles de mapas de constelaciones y de estrellas que le ayudaban a localizar todo aquello que veía. En el colegio todo le iba bien menos lengua inglesa, la cual no soportaba lo más mínimo. Se podría decir que era la mediadora del grupo, cada vez que había una pelea o un problema ella estaba allí para solucionarlo.

La otra se llamaba Helena, era bastante bajita pero eso sí, guapísima, su larga melena ondulada y rubia sin flequillo hacía que se le vieran los ojos, que aunque eran pequeños tenían mucho encanto, por su color verde claro y sus largas pestañas. Era una gran bailarina de hip-hop y una gran cantante. Bastante presumida y coqueta, aunque muy borde cuando estaba de mal humor o cuando tenía hambre, porque aunque estaba muy delgadita por todo el deporte que hacía comía como un animal, en el instituto llevaba muy mal las matemáticas y ciencias naturales y a sus padres eso no les gustaba demasiado.

Y por último, estaba Carla, era una fan de las películas de miedo y de las historias de misterio. Tenía el pelo castaño y corto, lo justo para que se le ocultasen las orejas, llevaba pendientes grandes que gracias a su corte le quedaban de muerte, sus ojos eran azules cosa que hacía que quedara un contraste precioso con su pelo castaño. En el instituto sacaba muy buenas notas en todo menos en educación física que le costaba mucho, ya que no hacía ninguna actividad extraescolar física fuera del instituto.


Un día estaban las tres en casa de Helena, estaban organizando una fiesta pijama para el cumpleaños de Lola, mientras Carla escribía en el ordenador portátil todas las ideas, Helena pintarrajeaba en una libreta mientras hablaban y Lola miraba la tele y conversaba con las demás:
-¿A ver, lo hacemos en plan nosotras tres o invitamos a más gente?
-Yo creo que solas estará mejor-dijo Carla que ya empezaba a escribir la información en el ordenador.
-Que va tías, lo hacemos con más peña que si no nos aburriremos-dijo Helena, que seguía dibujando i tachando cosas en la libreta.
-¿Pero qué dices Helena? ¿Cómo quieres que nos aburramos?-dijo Carla un poco enfadada.
-Bueno tienes razón, es imposible aburrirse.-Helena cogió un cojín i se lo tira a Carla encima de la cabeza.
-Tranquila, jajajaja-Carla, aunque le costaba por la risa, cogió otro cojín y se lo tira a Lola.
Al final acaban las tres con cinco cojines por encima y más enredadas que un hilo de pescar después de que un gato haya jugado con el como si fuera un ovillo. La diversión se acabó cuando la madre de Helena llamó a la puerta.

-Carla, tú madre te espera en el coche, quiere que bajes.-dijo la madre.
-¿Qué?-dijo clara-Ufff…ya voy…
-¡No te puedes ir ahora!-remugó Lola.
-No hay problema, tranquilas que ahora vengo amores-Carla les guiñó el ojo.
Carla bajó las escaleras. Cuando llegó al coche su madre se le puso a hablar, las chicas miraban por la ventana, de repente Carla salió del coche llorando y se dirigió corriendo a la casa de Helena, volvió a subir las escaleras y antes de que la madre de Helena tuviera tiempo a preguntarle nada Carla se metió en la habitación.
-¡Yo no quiero mudarme! ¡No quiero estar lejos de vosotras! -y se tiró encima de sus brazos, llorando a más no poder. Lola y Helena se miraron con cars de disgusto y angustia
-No te puedes ir, no puedes-dijo Lola, no acababa de asimilar aquello.
Después las tres decidieron que esa noche necesitaban dormir juntas ya para relajarse un poco vieron una peli de miedo de las que le encantaban a Carla mientras comían unas pizzas y unas palomitas.
Cuando ya estaban en la cama Carla dijo:
-Ojalá fuéramos mayores para decidir lo que quisiéramos.
-Mucha razón –dijo Lola.
A la mañana siguiente se levantó primero Carla y vio que estaban en una casa diferente, entonces levantó a las otras dos. Lola gritó:
-¿Dónde estamos?
-Ni idea-dijeron Carla y Helena.
Entonces se fueron a explorar por la casa.
Helena se miró en un espejo y empezó a gritar:
-¡AHHHH!
Todas fueron a ver que pasaba, entonces se vieron en el espejo y se quedaron alucinadas, eran ellas, sí, pero eran ellas de adultas, no sabía cómo había sucedido pero era real, las madres no aparecían, ni tampoco lo padres. Al principio se asustaron y Lola hasta lloró, pero luego empezaron a pensar que eso es lo que querían, vivir solas y hacer lo que querían sin que una mudanza las separase.
-Que pasada – dijo Helena
-Esto es impresionante – dijo Carla.
-Sí, no está tan mal-reconoció Lola.
Entonces les llegaron las facturas de la hipoteca, de la luz, del agua...
No sabían hacer nada de nada. Para empezar no tenían trabajo y no podían pagar nada, cada vez estaban peor, no sabía cocinar y si Helena no comía estaba de muy mal humor, decidieron salir de la casa y se llevaron lo único que les pareció útil una brújula y dos mapas que encontraron por los cajones de la casa, pero se metieron en un bosque, y empezaba a oscurecer, tenían miedo, cada vez más, decidieron esconderse en una cueva y pasar la noche allí.
- No lo soporto, necesito a mis padres, nunca pensé que diría esto pero así es.-Se lamentó Lola que ya empezaba a moquear.
-Venga, no te preocupes Lola, todo saldrá bien, ya verás-Helena intentaba animar a Lola pero tenía el mismo miedo que ella.
-Lo mejor será que nos durmamos un rato, necesitamos descansar-dijo Carla.-Buenas noches chicas, que durmáis bien.

A la mañana siguiente se levantaron, de repente Carla se fijó bien en donde estaban. ¡Era la casa de Helena!
-¡CHICAAAAS!-gritó como una condenada.
-¿Qué? ¿Qué?-remugaron Helena y Lola. Mientras entreabrían los ojos, entonces vieron donde estaban. Las tres empezaron a abrazarse y a gritar y toso se les escapó alguna que otra lágrima.
-¡Estamos bien!
-Dios mío estamos en casa…
-No me lo creo, no me lo creo…
Del escándalo que montaron despertaron a la madre de Helena que entró en la habitación asustada por lo gritos y al verlas allí lo único que salió de su boca en forma de susurro fue un simple:
-Adolescentes…
Más tarde la madre de Carla llamó, ésta asustada cogió el teléfono y escucho estas palabras:
-Amor mío, si hubieras esperado a que te lo explicara todo, lo habrías entendido, es verdad que nos mudamos, pero nos mudamos en la calle de San Antonio Del Floral la del lado de casa de Lola, ai hija que aré contigo…
-¡Espera! ¿Es verdad? ¡¡¡Mamá eso es fantástico!!! Te dejo tengo que avisarlas enseguida, te quiero adiós.
-Cuenta, cuenta ¿¿Qué pasa??- Dijeron helena y Lola.
-¡No me mudo a otra ciudad, me mudo a la calle San Antonio Del Floral !¡ La de al lado de tu casa Lola!
-¡Sííííííííí!- empezaron a abrazarse y a gritar como las fans de Justin Bieber cuando este se quita la camiseta, osea patéticamente, pero con una buena, buenísima razón.

FIN


"DE MENORCA A MENORCA" (Por Paul Coll, 2ºF)

Había una vez dos amigos, Pedro y Juan, que decidieron hacer la vuelta al mediterráneo por mar.

Pedro fue a casa de Juan para preparar el equipaje, se llevaron: ropa, un compás, gorras, dinero, crema de Sol, cartas náuticas, etc.

Al día siguiente fueron a su barco, era inmenso, de 18 metros de largo, tenía tres velas blancas y grandes listas para navegar. Al final de la rampa, que conectaba el barco con el muelle, esperaba el capitán y dos tripulantes. Era un hombre grande y muy fuerte con dos tatuajes en el brazo, uno era una ancora y otro su año de nacimiento. Tenía unos cuarenta años. Les preguntó si éramos Juan y Pedro y ellos le contestaron que sí. El capitán les enseñó el barco y a las doce zarparon del puerto de Maó en dirección Cerdeña. Hacía un viento de través de fuerza cuatro y en dos días llegaron a su destino.

Juan y Pedro desembarcaron en el puerto principal, Porto Torres, mientras los tripulantes del barco recargaban las provisiones: agua y alimentos. Los dos amigos fueron a una playa pequeña justo al lado del puerto. Tenía la arena blanca como la nieve y hacía un contraste magnífico con el agua cristalina del mar. Juan y Pedro se bañaron un rato y después regresaron al barco que ya estaba preparado para volver a navegar y zarparon rumbo a Sicilia.


Cuando ya habían salido del puerto, el capitán les presentó a un nuevo tripulante griego que había subido en Cerdeña. Era el sustituto del cocinero que no se encontraba bien y había quedado en Cerdeña. Era un hombre bajito que debía medir un metro sesenta, con el pelo corto y una barba de dos semanas, tenía los brazos y piernas pequeñas y peludas pero muy fuertes, podían pertenecer a un atleta. El cocinero los saludó con un acento italiano – hola, me llamo Itza y vosotros? -Yo soy Pedro y él es Juan- Después de una corta conversación el capitán lo mando a la cocina para preparar la cena.

A la mañana siguiente ya estaban en Sicilia, lo primero que vieron fue una ciudad donde todas las casas eran de marés. Los dos amigos salieron del barco para dar una vuelta por la ciudad. En la plaza central había un grupo de músicos que tocaban canciones Sicilianas típicas de aquella zona. Cuando Pedro y Juan volvían al barco se encontraron con un grupo de perros salvajes que les empezaron a ladrar y a perseguirlos. Ellos empezaron a correr hasta el barco donde se refugiaron de los perros, al cabo de un rato los perros se fueron.

A media tarde, después de reponer agua y alimentos, volvieron a zarpar rumbo a Atenas. Pedro estaba cansado y se fue a descansar y Juan fue a la cocina a visitar Itza.

Itza estaba preparando la cena, con los alimentos que habian comprado en Sicilia, un cordero con abrigo típico de aquella isla. La cocina estaba llena de olores de los ingredientes italianos. A la hora de cenar todos los tripulantes estaban satisfechos con aquella estupenda comida.

Era de noche cuando el barco llegó a su próxima parada Atenas . Por la mañana Juan y Pedro bajaron del barco y visitaron las ruinas de la antigua Grecia, los templos, casa, estatuas etc. Eran unas construcciones magnificas . Pedro se fue al barco, mientras tanto Juan compró ensalada, nueces y queso de cabra. Cuando Juan llegó al barco se fue a la cocina a preparar una ensalada griega, pero justo cuando estaba a punto de empezar miró en su bolsa y no había nada salió a cubierta y vio un hombre que se iba corriendo con su comida. Juan le siguió corriendo por unas calles muy estrechas hasta que el hombre tropezó y cayó, juan le quito la tela que llevaba para taparse la cara y vio que era Itza. Itza miró a la cara de Juan y le dijo que era para su familia porque eran muy pobres y no tenían nada para comer. Juan le perdonó con la condición de que no lo haría más y le dio dinero para que su familia comprase comida.

A la mañana siguiente los amigos se despertaron con el ruido de los truenos y las olas batiendo contra el barco. La tormenta era tan fuerte que se tuvieron que quedar todo el día dentro del barco por el fuerte viento y las olas. La tormenta duró una semana. Durante esta semana conocieron a mucha gente y uno de ellos era Johan un marinero israelita que les enseñó como hacer nudos de marineria.

Después de una semana de Tormenta zarparon rumbo a su último destino Tunez. Cuando llegaron, la ciudad parecía como la de las películas donde sale el desierto. Los dos amigos desembarcaron y fueron a visitar los mercados de especies, los templos musulmanes etc. juan estaba cansado y regresó al barco mientras que Pedro se quedó en el mercado de las especies probando comida y comprando especies. Por la noche Pedro preparó la cena, con lo que había comprado en el mercado, para todo la tripulación para dar las gracias del estupendo viaje. El próximo destino era la pequeña isla de Menorca.

Tres días después ya estaban en Menorca donde les esperaban sus familias. Los dos amigos desembarcaron y dijeron de Menorca a Menorca hay mucha distáncia.

FIN

"ALICIA" (Por Alba Seguí, 2ºF)

Había una vez una chica llamada Alicia cuyos padres no tenían dinero y se ganaban la vida vendiendo verduras, de su huerta, en el pueblo.
Un buen día Alicia iba a buscara Teo, que vivía arriba
del todo de la calle, se encontró con un vecino que vivía
a tres calles más arriba de su casa, era un vecino ya
mayor ojos marrones y con cara redonda:
-Hola- le dijo él.
-Hola- le respondió ella.
-Y a donde te diriges?
-A casa de Teo quiero invitarlo a comer.
-A vale, entonces ya nos vemos.
-Vale, adiós.
-Adiós.
Cuando Alicia llegó a casa de Teo, Teo ya la estaba esperando y tenia alguna cosa detrás de su espalda pero Alicia no la veía.
-Hola-dijo él.
-Hola, que tal?Que tienes detrás de la espalda?-preguntó ella.
-Emmm, nada-dijo él avergonzado.
-Si que tienes algo, venga enseñámelo.
-Vale, espera-él se giró y de repente sacó una rana.
-Agh, que asco-dijo ella.
-No te gusta?La he encontrado y he pensado, se la regalare a Alicia, seguro que le gusta!. Pero ya veo
que no te gusta- dijo él triste.
-Si que me gusta!Gracias!
-De nada, nos vamos. Vale.
Y se fueron, cogidos de la mano, hasta llegar a casa de Alicia.
Cuándo llegaron en casa de Alicia el padre de Alicia los vio cogidos de la mano y se enfadó mucho y cogió a Alicia y la encerró dentro de la habitación.

Al cabo de 4 días Alicia aún estaba encerrada y solo podía salir para comer y ir al cuarto de baño.
Un buen día oyó un ruido que venía de fuera de la casa, ella abrió la ventana y vio a Teo a fuera y le dijo:
-Vete porque cuándo te vea mi padre te va a matar!
-No, no me quiero ir solo te quiero a ti. Te quiero Alicia, te quiero.
-Y yo a ti, pero que podemos hacer?
-emmm, ya lo se-en este momento el padre de Alicia abrió la puerta y vio a Alicia en la ventana:
-Que haces?-dijo el padre.
Cuándo Alicia vio a su padre se giró y dijo:
-Solo quería ver el sol, hace dias que no lo veo, me vas a dejar salir hoy?
-No aún no.
Cuándo el padre se fue, Alicia miró por la ventana y Teo aún estaba ahí.
-Aún no te has ido?
-No, ya se como sacarte de ahí.
-A si, y como?
-Solo tengo que encontrar una escalera y ya está.
-Yo se donde hay una!, ves esa casita?
-Si
-Pues, dentro tiene que haber una, pero cuidado con mi
padre, te puede ver.
-Vale.
Teo, cogió la escalera y la apoyó a la pared subió y cogió a Alicia y la bajó.
-Y ahora que hacemos para que mi padre no nos pille.
-Nos marchamos y no volvemos nunca más.
-Vale.
Y así lo hicieron se macharon y no volvieron nunca más.
Fueron a una Población que había a la otra punta del país.
Cuándo llegaron se pararon a beber un poco y Teo le dijo.
-Alicia
-Si
-Sabes que eres muy bonita?
-No lo se, eso dices tu.
-Pues si, lo eres- y en ese momento Teo le dio un beso, un beso que fue largo pero era un beso de verdad.

Estaban en un banco sentados y una viejecita los vio.
-Que hacéis a estas horas en este banco?-dijo la viejecita.
-Nada, es que nos hemos escapado de casa y ahora no tenemos donde dormir.
-A, pues si queréis podéis venir a dormir a mi casa yo os cuidaré
-Vale
Se fueron a casa de la viejecita, les dio de comer y les dio unas mantas para pasar la noche.
La mañana siguiente cuándo se despertaron, había una merienda preparada para ellos.
Se la comieron y se fueron a pasear por la aldea.
De repente, toda la gente que estaba
en la calle corrió hacia sus casas, Teo
y Alicia se extrañaron mucho. Empezaron a oír unos extraños sonidos que venían del bosque, sintieron que tenían miedo y empezaron a llorar.
De repente oyeron una voz que les decía “niños venid, venid aquí refugiaros del lobo”. Se espantaron un poco y se giraron, era la viejecita que les había subministrado comida y unas mantas!
Se fueron corriendo hacia la viejecita y se refugiaron en la casa.
-Es que no tenéis miedo del lobo o que?-dijo la viejecita.
-No sabíamos que había un lobo !-Dijo Alicia.
Bueno os vais a quedar aquí hasta que encontremos a vuestros padres, vale?
-Si, señora-contestó Teo.
-Me podéis llamar abuela si queréis
-Vale, nunca tuvimos una abuela.
Pasaron las semanas y un día paseando por el pueblo se encontraron con sus padres.
Fue maravilloso porque prometieron que no se portarían tan mal con Alicia y que aceptarían a Teo.

Y vivieron felices y Alicia y Teo se casaron y tuvieron 3 hijos.


"EL NIÑO QUE NO SE QUERÍA CORTAR LAS UÑAS" (Por Cris Rotger, 2ºF)

Hola soy Sara, tengo un hijo llamado Luis i mi marido se llama Pedro. Vivimos en el campo, estamos solos i alrededor tenemos un bosque inmenso pero muy bonito. Tenemos un perro llamado Drac que siempre corre por el bosque.

Mi marido es alto, tiene el pelo corto y color negro, lleva gafas. Tiene unos ojos de color azul, y unos labios muy rojos. Siempre viste con ropa de campo, por qué trabaja en casa.

Mi hijo tiene 7 años, es de estatura normal y muy simpático y alegre. Tiene el pelo corto y marrón, tiene los ojos marrones y unos labios muy rojos parecidos a los de su padre. También viste de ropa de campo, menos cuando subimos al pueblo. El problema de mi hijo es que no le gusta que le corten las uñas. De ahí viene mi historia, El niño que no se quería cortar las uñas (mi hijo).

Cada día que toca cortar las uñas hay una discusión, y cada vez las mismas tonterías: que si le duele; que si no le gusta. Hasta y todo me dice que da mala suerte, ya no sabe que inventarse para decirme.

Yo cuando era pequeña hacía lo mismo, le decía a mi madre que me dolían, ella no se lo creía. Un día, cuando se cansó de mis tonterías, se inventó un cuento, que a mí me encanto y me hizo pasar miedo. Desde aquel día, cuando me decían que me tenía que cortar las uñas, iba en seguida, no quería que me pasara lo que le pasó a un niño.

Ahora, intentaré contárselo a mi hijo por si se lo toma igual que yo y me hace caso. Hoy le diré que hay que cortar las uñas y le contaré el cuento mientras se las corto.

-Luis, piensa que hoy a la hora del baño toca cortar las uñas.

-No quiero, me duelen y además he visto en una revista que como más largas las tienes más divertido es.

Luis ya estaba buscando sus escusas baratas para convencer a su madre que no le cortara las uñas.

-Cariño, hoy te contare un cuento y veras que divertido será cortar las uñas, porque si no te pasará lo que le pasó a un niño.

-A la hora del baño, ya me contaras tus cuentos raros. Ahora voy a jugar.

-Vale, pero hoy te las cortaras.

Cuando acaban de hablar, suena el timbre de la puerta.

DING, DONG!

-Hay, eres tu Pedro. ¿Cómo te ha ido el trabajo?

-Bien, muy bien. ¿Y Luis?

-Está jugando, pero haber si he conseguido que está noche se corte las uñas, con el cuento que me enseñó mi madre me hace caso como se lo hice yo a ella.

-A que bien, haber si lo podemos conseguir de una vez sin tonterías.

Cuando llega la hora del baño, Sara le dice a Luis que le contará un cuento que le contó la abuela a ella. El emocionado, se interesa por el cuento y deja que su madre le corte las uñas mientras ella le cuenta la historia de El niño que no quería cortarse las uñas.

-Quítate los zapatos que empiezo, ¿vale?

-Sí, mamá, espero que sea emocionante, la abuela se inventaba cosas muy divertidas.

La madre empieza a contarle su vieja historia:

Erase una vez, un niño, que no le gustaba cortarse las uñas. Su madre siempre le decía:

-Cariño, si no te cortas las uñas te crecerán tanto que te volverás un gato, los gatos solo se las liman pero nunca se las cortan.

El niño contesta:

-Mamá, no digas mentiras, eso no es verdad, tú lo dices para que me las corte, pero a ningún niño le ha pasado nunca.

-Si no te las cortas-seguía contando la madre-te pasará.

Un día el niño salió a jugar fuera de casa, era muy tarde y no volvía. Primero su madre se enfadó pensando que no quería volver tan pronto, pero cuando vio que era muy tarde dijo:

-Juan, Juan, ¿donde estas?

Nadie contestaba, ella ya preocupada, fue por los alrededores de su casa en busca de Juan, el niño.

-Mamá, ¿me lo habías contado antes?- interrumpe Luis, mientras su madre consigue cortarle las uñas.

-No cariño, fue otro cuento, y por favor no me interrumpas hasta que no acabe- le contesta Sara, mientras sigue con el cuento-.

Alrededor de la casa no había nadie, no se oía a nadie. Solo vio un gatito pequeñito que se rascaba las uñas en un árbol.

-Juan, ¡vuelve por favor!

Cansada de llamar a su hijo, se va a su casa muy triste. Le cuenta a su marido todo lo ocurrido, su marido también se pone triste, pero no pueden hacer nada, se van a la cama muy tristes y pensando que mañana lo encontrarán.

A la mañana siguiente, los dos se levantan muy exaltados para ver si ha llegado Juan. Pero hay mala suerte, no hay rastro de él.

-¡Hay, mi pobre hijo! Perdido por el mundo con lo pequeño que es-dice la madre-.

-Vamos a vestirnos y salimos en su busca-le contesta el padre-.

Se visten y salen, no lo encuentran, solo ven otra vez el mismo gato, esta vez el gato se les acerca y se arrastra por los pantalones del padre y de la madre. Su padre lo coge, y lo mima. El gato se arropa a él y le maúlla.

-Pobre gatito, también se ha perdido-dice el padre-.

-Cariño, vamos en busca de Juan, deja el gato.

-No, el gato viene con nosotros también me da pena.

-Bueno, vale. Pero busca a Juan, es más importante que ese gato-protesta la madre-.

-Si tranquila, mi hijo es lo primero, lo más importante.

Lo van buscando pero no lo encuentran, el gato salta de las manos de sus padres y se pones a correr, el padre va detrás, pero no consigue cogerlo.

-¡Espera gatito, por favor, espera!-dice su padre.

Pero el gatito no le hace caso y corre y desaparece. Los padres disgustados llegan a casa sin Juan.

La mañana siguiente se despiertan y salen otra vez en busca del niño perdido, Juan. Pero solo se encuentran al gatito limándose las uñas en un árbol.

-Pobre gatito, todavía no ha encontrado casita para ir a vivir allí, ¿Y si viene a vivir con nosotros?

-Haz lo que quieras, pero busca a Juan, por favor-se enfada la madre otra vez porque su padre está más pendiente del gato que no de su propio hijo.

-¡Que sí!-protesta el padre.

No lo encuentran y vuelven a casa, dejan al gato dentro la casa que juegue. De repente se dan cuenta de que se está limando las uñas con todos los muebles.

-Por favor, gatito, ¿Qué has hecho? Gatito malo.-lo riñe su madre.

De repente el gatito tan mono se convierte en un niño, Juan. Los padres quedan alucinados.

-¡Que ha pasado! Hijo, por dios, has vuelto.-dice toda poderosa la madre.

-Cariño, ¿Dónde estabas?-pregunta el padre un poco extrañado- ¿Y el gato? Donde se ha metido.

-Mamá, es que como no me cortaba las uñas, mientras estaba jugando con mis amigas me volví un gatito, muy mono.

-Yo te lo dije, y tu no me hacías caso-dijo su madre teniendo la razón-.

-Lo siento mamá, a partir de ahora siempre te obeiré. La vida de gatito, al principio es muy divertida, pero si estás abandonado, como lo estuve yo, por las noches hace mucho frío, y no me gustó nada. Había otra clase de animales raros, me hacían mucho miedo, se oían lobos gritar.

-Cariño, pero has sobrevivido, no te ha comido ningún lobo ni nada.

-Ya lo sé, menos mal, porque si no mi vida se hubiera acabado allí y nunca más hubierais sabido nada más de mí.

-Cariño, tú piensa en positivo. Ya ha pasado todo, y tú estás aquí vivo. Eso es lo importante.

-Lo siento como os he dejado la casa, pero para volver a ser un niño me tenía que limar las uñas.

-No pasa nada cariño, compraremos otros.

-Los tres volvieron a ser felices para siempre-dijo Sara terminando de contar el cuento-.

-Mamá-dijo Luis-creo que cada día me cortaré las uñas. No quiero que me pase lo que le ha pasado a este niño.

Pero la madre de Luis, Sara, ya estaba contenta, había hecho a su hijo reflexionar sobre lo ocurrido. Y así puedo convencer a su hijo para que siempre se cortase las uñas.

Cada vez que Luis le tocaba cortarse las uñas, quería que su madre le contara el cuento, le había gustado mucho ese cuento que la abuela se había inventado.

Fin